Ley de partidos o más de lo mismo.

 

Nolasco Rivas Fermin.

Santo Domingo.

¿Por qué tanta prisa?, una ley o proyecto de Ley que tiene alrededor de 16 años tratándose de que sea aprobada, en la Cámara de Diputados, la declaran de urgencia y casi la aprueban en dos lecturas consecutivas en “16” minutos.
Es cierto que con carácter de urgencia necesitamos una Ley moderna que rija a los partidos y agrupaciones políticas, pero si en 16 años no se ha muerto nadie, ¿Por qué aprobarla con tanta velocidad?
El referido proyecto fue agendado prácticamente a escondida, como para que nadie se diera cuenta u opine, de hecho, esta práctica se está haciendo común en nuestra honorable cámara de Diputados, ¿Quién no recuerda el “voten honorables, voten”.
En el referido proyecto se acaba de aprobar, nada más y nada menos, el que los partidos políticos puedan recibir dinero de cualquier persona sin la necesidad de informar, ni quien es el donante, ni de donde proceden estos fondos. Por otra parte, al momento de gastar el dinero, solo deberán sustentarlo con un recibo que este numerado, no importa el monto. En otras palabras el dinero entrará de cualquier forma y saldrá o no de las arcas de los partidos, también de cualquier forma.
Podrá parecer que estos dos puntos no tienen mucha importancia entre todos los demás temas que regula la Ley, pero, estos dos pequeños puntos si son el fundamento de toda la Ley, pues los aportes son el sustento de toda institución y de la campaña de cualquier candidato y de repente un Partido podrá recibir la cantidad equivalente al presupuesto nacional y hacer con él lo que le plazca.
Pero de la misma forma este proyecto de ley, obvia el tema de la equidad con relación al uso de los medios de comunicación, mantiene a la mujer en una situación de discriminación con relación a su acceso en condiciones de equidad en los partidos y candidaturas electorales, no se establecen sanciones claras y reales contra quienes promuevan, organicen o ejecuten crímenes electorales.
En consecuencia, este proyecto seria o es una verdadera legalización a la no regularización a los partidos políticos, todo autorizado por ley, lo cual es lo contrario a lo que se busca. Es una burla al dominicano, es más de lo mismo.

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