2025 Excelente año para el país, existen las condiciones pero todo dependerá de nuestra actitud.

Por Julio A. Altagracia Guzmán 

El Horizonte, Distrito Nacional RD.- Al leer el título de estas reflexiones o haber leído el artículo de la semana anterior, pudiera pensarse que pecamos de un optimismo sobredimensionado al describir la visión que tenemos de la realidad y las perspectivas de nuestro país, de cara a los próximos 12 meses, así como la proyección para el futuro inmediato.

Pero realmente no es así. La realidad es que no se requiere ser muy agudo en inteligencia para observar y valorar acciones, situaciones y perspectivas que inciden potencialmente en el desenvolvimiento de la vida y las oportunidades del quehacer socioeconómico de la República Dominicana.

Veamos algunas:

•Disponemos de una sostenida estabilidad económica con crecimiento y comportamiento por encima de las principales economías de la región y del mundo.

•Permanente reconocimiento y valoración muy positiva por parte del Banco Central de la República Dominicana y los principales organismos y agencias internacionales, tales como el FMI, el Banco Mundial y las principales calificadoras de riesgo, como Standard y Poor′ s, ratificando las calificaciones crediticias soberanas de la República Dominicana con perspectiva estable y destacando el sólido desempeño económico y la estabilidad política de nuestro país, con las observaciones y requerimientos pertinentes a ser tomados en cuenta.

•Contamos con el soporte de los resultados positivos de los cuatro años recién pasados con una gestión de gobierno enmarcada en la responsabilidad, la eficiencia, la transparencia, la innovación y la modernización, conjuntamente con la lucha contra la corrupción administrativa y la impunidad, elementos estos que han contribuido de manera significativa a la transformación de las estructuras y la mentalidad de las instituciones y funcionarios de la administración del Estado, los cuáles han consolidado la confianza y el liderazgo del presidente Luis Abinader, en amplios sectores de la vida nacional.

•No debemos pasar por alto otra realidad, y es que la República Dominicana está de moda, en estos momentos, en cuanto a la atracción de inversores de todas clases, magnitud y de todas partes, en áreas inmobiliarias, turísticas, zonas francas, agroindustrias, servicios y otros, con proyecciones inmensas de crecimiento para nuestro país, para los próximos años y a niveles sin precedentes.

•Existen otras realidades no menos trascendentes como son las situaciones calamitosas, no deseadas, pero presentes en el mundo en estos momentos, como son: guerras y conflictos en Europa –Rusia y Ucrania– con sus consecuencias; la guerra de Israel contra gran parte del mundo árabe, con sus consecuencias; inicio del segundo gobierno del presidente Donald Trump, en el mes de enero, con severas advertencias de incrementar considerablemente los impuestos a los productos chinos, europeos, mexicanos, canadienses y otros, acciones estas que pudieran ser aprovechadas grandemente por nuestro país, con la llegada de grandes empresas e inversiones, buscando cercanía con el mercado norteamericano.

•En ese mismo orden debemos destacar la importancia de la construcción, en estos momentos, del Puerto de Manzanillo en la línea noroeste, el Puerto turístico de Pedernales, la remodelación y ampliación del Puerto de Barahona, así como la incrementación de los parques de zonas francas y el desarrollo de las pequeñas y medianas empresas, entre otras inversiones del gobierno central en áreas sensitivas para nuestra economía y generación de empleos, mismas que incidirán en la estabilidad y el crecimiento de nuestro país, no solo en 2025, sino de cara al futuro al futuro inmediato.

•Finalmente debemos ponderar la estabilidad política, social, económica y laboral que vive nuestro país, conjuntamente con el manejo pulcro y responsable de los recursos públicos, así como la experiencia de un presidente liderando el Estado Dominicano, dotado de una cabeza bien amueblada, con carácter, determinación y voluntad para enfrentar con energía los retos y desafíos que nos acechan, los cuales son muchos y difíciles.

Todo lo anterior nos lleva a la creencia de que existen razones para sentir optimismo y pensar que todo indica que 2025 será un excelente año para el país. Existen condiciones y dependerá de nuestra actitud. Y que existen razones para arribar al año 2025 con fe y esperanza, los que nos lleva a valorar que existen motivos y razones para recibir el año 2025 convencidos de que nuestro país seguirá profundizando los cambios estructurales que demandan con urgencia nuestras instituciones políticas y estatales y que lo mejor está por venir.

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