Como Cada Lunes
En la democracia la oposición política siempre es importante, al ser el contrapeso, garantía del equilibrio.
La tolerancia entre gobernantes y opositores juega siempre un papel estelar para que esa democracia sea sostenible. En doble vía.
Pero las mezquindades son dañinas e impiden avanzar cualquier proyecto de desarrollo.
Reiteramos, que la reforma constitucional es una necesidad para adecuarnos y poner nuestra Carta Magna a tono con los nuevos tiempos.
Organizar e instituir el país no debe ser tarea exclusiva de un mandatario de turno, sino de todos.
Cerrar las puertas a la tentación de perpetuidad de cualquier presidente sería un gran logro para fortalecer nuestra democracia.
Ese, bajar la cantidad de diputados y frenar la impetuosidad de la corrupción, son los puntos más trascendentes. No seamos mezquinos. Avancemos.
Rafael Menoscal Reynoso