Por: Nolasco Rivas Fermín.
En el transitar por el camino de la vida, todos somos aprendices.
Si vivimos lo suficiente y de una manera adecuada, podríamos avanzar en uno u otro rol, pero en este arte, no seremos algo más que eso, aprendices del camino de la vida.
Debemos reconocer con humildad que nuestros conocimientos son limitados y aunque logremos “vastas” informaciones en diferentes o en un tema en especifico, nuestro mundo se circunscribe a nuestro entorno, “existen en el universo tantos mundos como entornos tengan las personas”.
Dependiendo nuestra actitud podríamos presentar una especie de flexibilidad para subir y bajar por la escalera del aprendizaje y lograr cierto desarrollo ya sea intelectual, social, económico o espiritual.
Con humildad, desde el equilibrio que da el caminar en sociedad, con hermandad y libertad, desde el arte del silencio y la sencillez de la palabra que propone no tener pericias generalizadas, sopesando cada aporte sin interés de protagonismo, logramos un camino mas provechoso.
La validación del aporte apropiado, con madurez interior, con aceptación propia sopesada, hacen que el camino del aprendiz se ilumine.
Conectémonos con nuestro camino por la vida, con pasión, en busca de la verdad, con buen deseo por lo que hacemos y por supuesto con amor en los caminos de la vida.
Dedicado a una conversación sostenida con un gran amigo.