Por Julio A Altagracia G. Presidente del PVUD
El Horizonte, Santo Domingo RD.- Desde hace 45 meses aproximadamente, estamos publicando un artículo de prensa, todas las semanas, identificado como Reflexiones de la Actualidad Política, en diferentes periódicos digitales y otros medios, y en más de 100 de esas publicaciones hemos hecho referencias en formas de critica a la errática y fallida estrategia promocional de la oposición, y de manera muy particular, al expresidente Leonel Fernández y su partido La Fuerza del Pueblo, por estar basada única y exclusivamente en querer desmeritar, desnaturalizar y denotar al gobierno y de manera especial la figura y acciones del Presidente Luis Abinader, sin importar daños o consecuencias.
Parece que la oposición política, orientada de manera particular por el Dr. Leonel Fernández, estuvo convencida, apostó y puso toda su fé en el fracaso del Presidente Abinader, al considerarlo inexperto e incapaz para gobernar, tanto así que como promoción, acuñaron la frase “no sabe gobernar” la que han usado como lema para presagiar todo tipo de inconvenientes y calamidades para nuestro país, como consecuencia de las pésimas acciones del gobierno y en particular del Presidente de la República, quién supuestamente se pasaba el tiempo sin hacer nada y presentándolo como una desgracia para todos los dominicanos, por ser un gobierno de incapaces que actuaban de espaldas a los mejores interés de la nación.
Mientras esto sucedía en todo el accionar de la oposición, por el otro lado el Presidente Abinader, en los peores momentos para nuestro país y el mundo, sin prestar oídos a esas calumnias y desaciertos, se concentraba en un tesonero trabajo, como si fuera una hormiguita, 18 horas al día, 7 días a la semana, imponiendo en su gobierno un novedoso estilo de gobernar en la República Dominicana, basado en la trasparencia, la honestidad, la eficiencia y el combate frontal a la corrupción, pasada y presente, con cero tolerancia a las inconductas en la administración de los intereses del pueblo dominicano, acciones estas observadas y valoradas muy positivamente por todos los sectores de la sociedad dominicana.
Los resultados de ambas actuaciones, gobierno y oposición, se pueden apreciar diáfanamente
en los resultados de las elecciones municipales del pasado mes de febrero, porque aunque esos
resultados se veían venir, la oposición se resistía a darle credibilidad, ignorando todas las evidencias que apuntaban a esa realidad, sin embargo esos resultados, no hicieron más que confirmar lo expresado por las encuestadoras más serias registradas en el país, pero estos desataron todos los demonios en la oposición, especialmente en La Fuerza del Pueblo y sus lideres, obligándolos a crear excusas, sobre una abstención del 70%, compras de votos y usos de recursos del Estado, nada creíbles por su puesto, para tratar de justificar su aplastante y vergonzosa derrota, misma que desarticuló todas las falsedades, mentiras y montajes sobre las que habían sostenido su errática campaña electoral.
Ante la realidad de febrero y consciente, la oposición, de que para mayo 19, los resultados serán, dramáticamente, más adversos por los ascendentes números de las candidaturas del Presidente Abinader, el PRM y aliados, los cuáles anuncian resultados sin precedente en la República Dominicana, así como la hemorragia de candidatos y dirigentes en todos los niveles de los partidos opositores, abandonado el barco a la deriva, han tenido que en una mascarada total, nada sustentable, sobredimensionar, sin prueba naturalmente, las excusas creadas en febrero para justificar la derrota e inventarse unas denuncias internacionales ante la Organización de los Estados Americanos, OEA, con el único propósito de generar, anticipadamente, el pataleo que le permita cubrirse un poco de lo que le sucederá el próximo 19 de mayo.
Por suerte para nuestro país, la sociedad dominicana y sus poderes fácticos, juntos a la inmensa
mayoría de todos los dominicanos, están debidamente conscientes y empoderados de donde está la verdad y donde está la mentira, de quién trabaja por el Bien Común y quién promueve ambiciones personales y desproporcionadas, de quién construye y quién hace lo contrario y por tales razones está alerta y dispuesta a no permitir que en modo alguno, se socave el ambiente de paz y tranquilidad, que en momentos de crisis mundiales, vive la República Dominicana, dirigida por personas e instituciones que preservan nuestra institucionalidad.