Por: R. Nolasco Rivas Fermín.
El hombre como parte de la creación vive diferentes etapas, importante es saber en cuál de ellas se encuentra, ya sea en el contexto físico, espiritual o histórico.
Vivimos en un mundo donde los conceptos se han ido confundiendo, donde hasta las palabras han perdido parte de su esencia, donde se ha confundido espiritualidad con conocimiento y conocimiento con información. Qué no decir de conceptos básicos o que deberían serlo para el “hombre letrado”.
Tiempos convulsos en los que el desarrollo intelectual vive los embates de una “intelectualidad comercial” donde se piensa que el solo pago de una cuota o compra de algún curso de desarrollo personal o la lectura de un artículo hace a una persona una especie de “especialista en una materia o maestro iluminado”.
Pero no van dedicadas las presentes líneas al tema del desarrollo intelectual en su esencia sino a tratar algunos conceptos gramaticales que día a día utilizamos o creemos utilizar de la manera más adecuada en nuestro accionar o en el desarrollo intelectual.
Desde hace un buen tiempo, las sociedades actuales se presentan como estandarte, o por lo menos así piensan, de conceptos primarios fundamentales como son la Igualdad y la Libertad, pero ¿manejamos estos conceptos de forma apropiada en la actualidad?
Realmente no es una pregunta fácil de responder, sobre todo en un mundo, unas sociedades o grupos donde se enarbolan principios y el ejercicio de lo que se suponen ser las “Libertades de Pensamiento y Expresión”.
Dicho esto, me gustaría dedicar algunas líneas a la palabra IGUALDAD.
Conforme al diccionario de la Real Academia Española de la Lengua Española, esta palabra tiene las siguientes definiciones o interpretaciones:
- Conformidad de algo con otra cosa en naturaleza, forma, calidad o cantidad.
- Correspondencia y proporción que resulta de muchas partes que uniformemente componen un todo.
- Equivalencia de dos cantidades o expresiones.
- Principio que reconoce a todos los ciudadanos capacidad para los mismos derechos.
De la lectura de estas definiciones podemos notar que no todas las cosas que forman parte de la creación son iguales. De hecho, el concepto del vocablo IGUALDAD puede degenerar en una desigualdad de interpretación conforme a su uso.
Pero bien, la igualdad que supuestamente se busca, según los principios fundamentales de las sociedades modernas, es esa igualdad donde todos, en principios, seamos vistos con el mismo espejo, la misma visión y siendo tratados como si fuéramos equivalentes en naturaleza, forma, cualidad y calidad, conforme a principios de derechos; por lo menos así lo interpretamos en muchas ocasiones.
¿Podemos reflexionar un poco en aquella frase que se le atribuye a Aristóteles? “No hay nada más injusto que tratar a todos por igual”.
Para dar respuesta o por lo menos dar interpretaciones satisfactorias a este pensamiento, creo que debemos dejar volar a la imaginación con libertad, pero con veracidad. Debemos ser claros y dejar los prejuicios de las diferencias de las “igualdades” a un lado, ir a lo básico, a lo real.
Darnos cuenta que en esencia la igualdad es un concepto relativo donde afecta de manera proporcional el principio y el pensamiento de su ejecución, afectando de manera directa tanto al accionante como al accionado.
En tal sentido podemos también pasar a sopesar los siguientes conceptos y puntualizaciones:
Justicia: “Voluntad constante de dar a cada uno lo que le corresponde”.
Acá, se deben resaltar a la vez dos palabras, voluntad y correspondencia, las cuales si son confundidas se puede producir, injustamente y sin equidad, solo la aplicación de una ley sin importar su resultado.
Tolerancia: “Respeto a las ideas, creencias o prácticas de los demás cuando son diferentes o contrarias a las propias”.
Importante tomar en cuenta que respetar no significa cambiar los conceptos o deseos propios por los ajenos.
Equidad: “Cualidad que mueve a dar a cada quien lo que merece sin exceder o disminuir”.
Si la equidad es sobreprotegida, llevada de manera superlativa o distorsionada, se podría convertir en un parasitismo inapropiado y perjudicial.
Entonces, ¿Buscamos Igualdad? A veces esta palabra debe de ser transformada en un SIGNO, en una meta de acción conforme a lo buscado, en un paradigma para el aprendizaje espiritual sin olvidar el plano material, no en un mero concepto, no en un vocablo que pueda crear en sí causas injustas por acciones con poca equidad.
Debe de ser un verdadero signo donde esté el concepto que implique un trato diferenciado en cuanto a situaciones específicas del Ser, siempre con el fin de lograr, con tolerancia, trato equitativo del ejercicio de los derechos y en plena libertad, el desarrollo del Ser.
La Libertad conlleva Responsabilidad, accionar con responsabilidad cambia tu vida.