Reflexiones de Actualidad Política
Por: Julio A Altagracia G
Al ritmo y tiempo que se desarrolla el proceso electoral de cara a las elecciones del próximo año, se han ido conformando y definiendo, de manera cuasi natural, dos bloques políticos, uno integrado por la oposición, dirigido por el Lic. Danilo Medina y el Dr. Leonel Fernández, y el otro en torno, a la figura del Presidente de la República, Lic. Luis Abinader, quién ha anunciado que buscara la reelección presidencial.
Esos dos bloques políticos comienzan a ser identificados, en el escenario político, por una parte de la sociedad dominicana, políticamente hablando, uno como el Bloque de la Honestidad y la Transparencia y el otro, como el Bloque de la Corrupción e Impunidad, cuyas definiciones parece que se convertirán en los ejes fundamentales de la campaña electoral en curso, no obstante los denodados esfuerzos que desarrolla la oposición, tratando de crear otra matriz diferente, tomando como elementos: la inflación universal y las descalificaciones irresponsables.
Sin embargo, la realidad es que esos dos Bloques políticos están siendo identificados y denominados acorde con el momento político en que se desenvuelve cada grupo, sin la necesidad de intervención dirigida expresamente, sí no por circunstancias que involucran a una parte importante de su liderazgo, en la que en uno de los grupos tiene una parte importante de sus lideres en las cárceles, como presos preventivos, involucrados, según el Ministerio Público, como integrantes de los más connotados actos de corrupción e impunidad que registra la historia del país, mientras que el otro Bloque está encabezado por un hombre que goza en estos momentos de las más altas valoraciones de honestidad, transparecía, eficiencia y humildad, méritos que les son reconocidos tanto nacional como internacionalmente.
Dadas las razones expuestas, más arriba la oposición política realiza visibles y desesperados esfuerzos, no para tratar de limpiar su imagen, sí no tratando de generar una ola o tendencia, que a base de repetirlo y repetirlo, dé la percepción de que los gobernantes de turno, son tan corruptos o más que los anteriores, y que por tanto la corrupción no es el problema, sí no el costo de la canasta familiar, la inseguridad, la salud y la ineficiencia, sin valorar y tomar en cuenta la realidad de que ellos tuvieron 20 años de gobierno y no resolvieron esos problemas.
Faltando menos de 6 meses para la primera gran prueba de fuerzas, en ocasión de las elecciones municipales, se ha observado, que con profundas diferencias políticas e intereses encontrados, la oposición ha anunciado la integración de su Bloque, que en realidad no es un Bloque espontaneo y natural, sí no el resultado de la incertidumbre y la desesperación ante la inminencia de una derrota electoral vergonzosa, y los temores a los resultados de las investigaciones y acusaciones, que contra ellos dirige el Ministerio Público de la Republica Dominicana.
También se observa que la real o simulada integración de uno de esos dos Bloques, ha generado la más acidas reacciones y opiniones, incluyendo a connotados miembros y simpatizantes de esas organizaciones políticas, al considerarlo antinatural y poco práctico. Otros actores importantes de la vida nacional, como es el caso del Obispo de Higüey, Monseñor Jesús Castro Marte, quién ha expresado públicamente que “Cuando se crean bloques con el único propósito de ostentar poderes de cualquier especie, y no para la búsqueda del bien común, dejan entredicho la autenticidad de la intención de nuclearse”. Esas expresiones de nuestro Obispo no requieren explicaciones.
Nuestro partido, el PVUD, saluda y valora, una vez más, las valientes declaraciones de Monseñor Jesús Castro Marte, Obispo de La Altagracia, y la interpretamos como un llamado a la conciencia de nuestra sociedad, y de manera especial a la clase política, para que observemos, con preocupación, sí se quiere, cuáles son los verdaderos propósitos de una oposición ansiosa y desesperada por volver al poder y para lo cual no han presentado ninguna propuesta seria de soluciones, pero dejando ver en su accionar una sospechosa y desesperada ambición de volver a la dirección del Estado, sin importar la forma que tengan que utilizar.