Clase política Dominicana de luto, sociedad en estado de Shock

Por Julio A. Altagracia “Presidente del PVUD”

Sin salir del asombro, aun cuando era una noticia anunciada, queremos reflexionar un poco sobre los efectos y consecuencias del dramático espectáculo del apresamiento y sometimiento a la justicia, de los tres principales ministros y colaboradores del presidente Danilo Medina, todos miembros de las más altas instancias del Partido de la Liberación Dominicana.

Sera un tema largo, complejo y traumático, pero independientemente de culpabilidad o No, de lo cual se encargaran los tribunales de la república, la realidad es que el debate que se ha abierto dejará al desnudo todas las acciones de un entramado de corrupción que ha desenredado el Ministerio Publico, a través de sus investigaciones, de la que la Sociedad Dominicana, sacará sus propias conclusiones y emitirá su veredicto, independientemente de lo que hagan las instancias judiciales, y estos resultados tendrán efectos y consecuencias políticas, hasta ahora impredecibles.

Por lo pronto, como primera acción, coloca al PLD y sus candidatos, en una posición sumamente complicada y difícil, de cara a las elecciones del próximo año, y prácticamente excluye del escenario político al presidente Danilo Medina, como opción futura y como líder político de la organización, aunque hagan todas las alharaca y justificaciones para crear un efecto diferente. La Sociedad Dominicana, será implacable con quienes le advierta responsabilidad en este vergonzoso entramado de corrupción.

 Por otro lado, este acontecimiento le inflige un rotundo golpe moral a la imagen, ya maltrecha, de la clase política dominicana, de por sí muy cuestionada, que obligará a la misma a replantearse y someterse a un profundo ejercicio de reflexión y análisis, que le permita orientar su política moral y ética en su accionar, ya que por el camino que vamos sucumbiremos y arrastraremos con el sistema de partidos políticos de la Republica Dominicana, exponiéndonos a vivir lo que está pasando en muchos países de nuestro entorno, donde la democracia e institucionalidad se han ido de vacaciones sin fecha de retorno.

El drama que vive la sociedad política en estos momentos en el país, envía un estremecedor mensaje para los actuales y futuros funcionarios del gobierno, porque aun cuando el Presidente Luis Abinader, ha tenido un mensaje claro y contundente acerca de la corrupción, emitido desde el primer día de su gobierno y lo ha sostenido con su conducta y actuaciones ejemplares, la realidad es que la Sociedad Dominicana, está fiscalizando minuciosamente a los funcionarios y habrán consecuencias, ya que no se advierten ánimos de tolerancia en la misma y por otro lado la oposición política, lastimada, resentida y desplazada socialmente, será implacable con los que puedan endilgarle alguna inconducta.

 Este mensaje, además, debe ser tomado en cuenta por todo el liderazgo político, empresarial, medios y periodistas de toda la nación, y de manera muy especial, por los lideres de la oposición, con el propósito de que orienten su accionar político sobre proyectos y políticas constructivas y no sobre la base de meras descalificaciones, casi siempre sin fundamento y mediocres, soportadas con demagogia y mentiras baratas, con la única pretensión de crear la idea de que en el país todo esta dañado y todos somos malos. Deben advertir que ese estilo de hacer política no le está dando resultados positivos, si nos mas bien cosechando la repulsa de la sociedad.

La forma en que el PLD, ha salido ahora a defender sus compañeros de partido, encartados por el Ministerio Publico, con expedientes escandalosos y vergonzosos, no ha podido ser más infeliz, carente de tacto, prudencia y argumentos, con el único interés de descalificar el trabajo del Ministerio Publico y a todo el sistema político de la nación, con la intención de confundir a la opinión pública, con acusaciones ridículas, llenas de falacias, contra el Presidente de la República, tratando de quitarle impacto a su lamentable situación, en la que pretenden presentar el problema como asunto de persecución política, cuando en realidad lo que se advierte es un asunto de políticos perseguidos.

Entendemos que tienen todos sus derechos a velar por la integridad de sus compañeros, pero tienen el deber de dejar que la justicia haga su trabajo, respetando el debido proceso, y que sea esta la que determine en juicios orales, públicos y contradictorios, la culpabilidad o no de los involucrados en los sometimientos.

Esto es lo que reclama la sociedad, esto es lo que conviene a todos. Acciones como las que se han exhibido en el PLD, en los últimos días, no solo son contraproducentes si no inoportunas, injustificadas, torpes y ridículas, carentes del más elemental fundamento. No parece que el gobierno quiera destruir al PLD, como aducen, sino más bien pareciera como si el PLD, quisiera destruir a la nación.

En ese orden, entendemos y valoramos las declaraciones emitidas por el señor Gonzalo Castillo, por ser prudentes y positivas, a tono con una postura firme en cuento a sus actitud de defender su integridad moral, pero respetando las actuaciones de la justicia, acción esta que contrasta con las actuaciones de su partido, que ignorado totalmente el contenido de los expedientes instrumentados por el Ministerio Publico, han salido como jaurías a dar opiniones y críticas que pudieran ser propias de quienes reaccionan con violencia ante la falta de razón, ya que todo indica que pudiéramos estar frente al más escandaloso expediente de corrupción que se conozca en la historia dominicana.

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