Barcelona .-El Barcelona de Xavi se ha acostumbrado a sufrir. Aparcado el debate del estilo cuando en esta parte de la temporada se está viendo obligado a hacer un ejercicio de supervivencia en cada partido, ayer volvió a aferrarse a LaLiga con una victoria dramática ante el Valencia (1-0), que jugó la última media hora en superioridad numérica.
Un penalti fallado, una expulsión, y acabar pidiendo la hora para llevarse los tres puntos ante uno de los equipos que malvive en la competición en los puestos de descenso, son circunstancias extrañas a las que no está acostumbrado el público del Spotify Camp Nou, que resistieron hasta el final.