SANTO DOMINGO (República Dominicana).- El sistema penitenciario del país registró en 2022 más de 85 mil visitas de familiares y amigos a personas privadas de libertad y casi 28 mil encuentros íntimos o conyugales en los recintos, como parte de las acciones institucionales de retorno a la normalidad, luego de las restricciones que impuso en el mundo la pandemia de la COVID-19.
Los registros de la Dirección General de Servicios Penitenciarios y Correccionales, correspondientes a 2022, detallan que la población privada de libertad recibió el año pasado 85,844 visitas de parientes y relacionados y que las visitas conyugales, en las que los centros facilitan espacios para la intimidad de la pareja, sumaron 27,881.
Luego de que las autoridades de salud dominicanas levantaron las restricciones al contacto físico, las autoridades penitenciarias desarrollaron un protocolo de apertura gradual para las visitas a los 44 centros que hay en el país, con el fin de permitir estrechar los lazos familiares, que por más de un año se limitaron a conversaciones telefónicas, como alternativa para reducir hasta el mínimo los contagios del coronavirus.
Esta apertura se realizó bajo un protocolo de prevención y vigilancia sanitarias para contener una enfermedad que todavía afecta a la población mundial.
En paralelo con las visitas, se mantuvo el acceso regulado a los contactos por teléfono, que sumaron 23 mil 731 llamadas y videollamadas entre las personas privadas de libertad y sus familias. Todas estas facilidades de encuentros presenciales y conversación a distancia totalizaron 137,456 contactos, resaltan los registros de la DGSPC sobre las medidas, logros y avances de 2022.
En dicho informe, la entidad destaca el interés por conservar el nexo con la familia como parte de las terapias y tratamientos penitenciarios que procuran la rehabilitación de las personas en conflicto con la ley penal.
La subdirección de Tratamiento de la DGSPC, que ejecuta programas para transformar, rehabilitar y preparar a las personas para su reinserción a la sociedad, sostuvo que un elemento básico lo constituye la dotación de documentos de identidad a aquellas personas que carecen de registro. En coordinación con la Junta Central Electoral, se proveyó de cédulas de identidad y actas de nacimiento a 294 personas, incluidas inscripciones de nacimiento de hijos e hijas de privados de libertad.
El personal de salud mental realizó 6,784 seguimientos psicológicos-psiquiátricos a 6,023 internos y otros 8,218 fueron intervenidos a través del desarrollo de 666 versiones de los programas para de prevención de conflictos, a través del fomento de la autoestima y el manejo de la drogodependencia, la ira, el estrés y la ansiedad.
También se desarrollaron actividades para la reeducación en valores, buen trato familiar, comunicación efectiva, resiliencia, buena convivencia, vivir en sociedad y armonía social, la importancia de la familia, el liderazgo positivo y sanación a través de la Biblia, para quienes profesan fe o se abren a ella.
Con la finalidad de inculcar la cultura laboral, 4,256 personas privadas de libertad fueron integradas en las unidades terapéuticas y productivas en los centros penitenciarios y los registros también recogen la realización de pasadías deportivos, torneos de baloncesto, softball, la primera competencia presencial de ajedrez y reconocimientos a los más destacados, en coordinación con el Ministerio de Deportes y Recreación (Miderec).