Los aeropuertos estadounidenses intentan este jueves volver a la normalidad tras una jornada caótica en la que se cancelaron o retrasaron más de 10.000 vuelos por un problema informático que está siendo investigado.
Según datos del portal FlightAware, este jueves se han cancelado al menos 91 vuelos y unos 814 están sufriendo retrasos.
Unos números todavía significativos, pero que están lejos de los 9.200 vuelos retrasados el miércoles y más de 1.300 cancelados por el fallo en el sistema de notificaciones de la Administración Federal de Aviación (FAA, en inglés).
En su último comunicado emitido en la tarde del miércoles, la FAA explicó que la avería probablemente se debió a un archivo de la base de datos dañado.
“La FAA continúa ejecutando un análisis detallado para determinar la raíz del fallo del sistema”, aseguró.
Sobre las 07.25 horal local del miércoles (12.25 GMT) la FAA ordenó que se aplazaran las salidas de vuelos domésticos en EE.UU. hasta las 09.00 (14.00 GMT) debido a una avería en el mencionado sistema, que proporciona información esencial para el personal relacionado con las operaciones de vuelo y advierte en tiempo real sobre un estado anormal en el sistema aeroespacial estadounidense.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ordenó el miércoles una investigación completa al Departamento de Transporte para averiguar las causas de la avería. Según la Casa Blanca, no existen indicios de que haya sido provocada por un ciberataque.
La del miércoles fue la primera vez desde los atentados del 11 de septiembre de 2001 que las autoridades del país prohibieron las salidas de vuelos domésticos.
Este caos aéreo ha tenido lugar solo dos semanas después de que la tormenta invernal Elliot provocara también la cancelación de miles de vuelos a las puertas de la Navidad.
EFE