La joven puertorriqueña Angeliris Manrrero García conoció a su matador, Luis Eduardo Terrero Gómez, a través de las redes sociales hace poco más de un año, establecieron una relación a distancia, y desde entonces ella viajaba a República Dominicana con cierta regularidad para compartir con quien el 31 de diciembre confesó haberle propinado 80 puñaladas que terminaron con su vida.
Así lo han informado los familiares de la joven de 27 años de edad, agregando además que durante su estadía en el país se habían mantenido en comunicación por video llamada con la pareja, y estos no aparentaban tener conflictos entre ellos.
En tanto que Terreo Gómez, tras de cometer el hecho llamó a la madre de Angeliris Manrrero, a otros familiares de ella y también a parientes de él. Luego se entregó a las autoridades.
Las redes sociales poco dejan ver del joven que cometió el horrendo hecho. En la descripción de su perfil de Instagram reza el versículo bíblico “Para que todo aquel que en ti crea no se pierda, más tenga vida eterna”, “amo la tranquilidad y sentirme amado”.
Angeliris había visitado a Luis Eduardo en noviembre en busca de concebir un embarazado que ambos anhelaban, y regresó en diciembre con la noticia de que venía un bebé en camino, sin saber que siete días después de llegar a RD perdería la vida.
Lo que dijo la madre
En una entrevista publicada por Telemundo, la madre de Angeliris, Mildred García, reveló que el verdugo de su hija nunca le cayó bien, y dijo además que el motivo de su viaje fue comunicarle su embarazo.
Pidió a las autoridades norteamericanas que soliciten la extradición de Luis Eduardo Terrero Gómez para que sea juzgado por las leyes de ese país debido a que su hija era ciudadana estadounidense.
En tanto que el proceso de repatriación del cadáver a Puerto Rico ya está avanzando.
Será juzgado por homicidio
A Luis Eduardo Terrero Gómez le fue dictada una medida de coerción de tres meses de prisión preventiva, la cual cumplirá en una prisión de San Pedro de Macorís, y será juzgado por homicidio, en violación a los artículos 295 y 304 del Código Penal Dominicano.