Por Julio A Altagracia G.
Santo Domingo RD.- Desde la pasada noche del domingo 16 de octubre, el tema político trascendente ha sido la
contundente victoria que obtuvo Abel Martínez, en la consulta a la ciudadanía que hizo el PLD, en su proceso de escogencia del candidato presidencial para las elecciones del 19 de mayo del 2024,en los medios de comunicación y las redes sociales se han generado todo tipo de comentarios a favor y en contra, porque sin lugar a dudas ese evento genera unas expectativas importantes a lo interno del PLD y en los sectores políticos de la nación.
Para el Síndico de Santiago, las expectativas creadas le dan una proyección singular de cara a las elecciones generales que habrán de celebrarse en el país en el año 2024, en virtud de que la victoria de Abel, no solo le da el derecho a postularse a la candidatura presidencial de su partido, sino que lo coloca como el líder del relevo del liderazgo del Partido de la Liberación Dominicana. Sin embargo, la realidad es que él ha ganado una importante batalla, aunque la gran realidad es que Abel No Ha Ganado La Guerra.
Para Abel Martínez, el camino que le espera recorrer a partir de ahora será empedregado y tortuoso con grandes amenazas y dificultades, comenzando a lo interno de su propia organización política, donde su triunfo del 16 de octubre pasado, al definirlo como candidato y líder emergente de la organización en medio de serias dificultades, generará una enconada lucha interna y hasta la posibilidad de otra división.
Por otro lado, se da como un hecho, que Martínez, con su triunfo del pasado proceso interno puso fin a su aparente noviazgo político con el expresidente Leonel Fernández, cuyas relaciones solo servían a los fines de la Fuerza del Pueblo con la creencia de que derrotado Abel, podían contar con el de cara al próximo proceso electoral. Sin embargo, en este nuevo escenario el Alcalde, constituye una seria dificultad de cara a los intereses del expresidente Fernández, en su férrea lucha por ser el líder de la oposición y porque además, el expresidente y su orgullo personal, nunca admitirían el liderazgo emergente del ex diputado y actual alcalde de Santiago como figura principal.
La gran realidad es que a partir de ahora se inicia una encarnada batalla entre Leonel y Abel por la segunda posición en el liderazgo y las elecciones, en la que el expresidente y su partido harán lo que sea para dar la impresión de ser número uno en la oposición y que el proyecto político del ya candidato Abel Martínez, deba inclinarse a apoyarlo, partiendo de su importancia política y de que el Alcalde de Santiago, no reúne las condiciones para ser apoyados por ellos como
Figura principal.
De lo anterior se desprende que Abel Martínez, no haya tenido la oportunidad de saborear su triunfo ya que el mismo fue recibido con una férrea andanadas de ataques de todas indoles y de todos lados, iniciado a lo interno de su propio partido, donde tendrá que estructurar un Comando Nacional de Campaña, integrado en gran parte por sus propios enemigos políticos, y mientras esto ocurre el Presidente Luis Abinader, corre solo por el carril de adentro, con ventajas significativas, con la menor taza de rechazo y la confianza y aceptación favorable de la inmensa mayoría de la Sociedad Dominicana, elementos estos que harán muy difícil a la oposición impedir su triunfo en primera vuelta, si optara por la reelección.
No hay dudas de que para Abel Martínez, este ha sido un triunfo importantísimo, aun cuando no gane la presidencia de la República, en el que su futuro político va a depender mucho de sus talentos y habilidades, así como de los recursos que pueda disponer y su manera de usarlos, ya que la opinión de mucha gente es que si sigue corriendo con suerte pudiera estar en el camino de encarnar la sucesión del liderazgo político de su partido, al que sin duda, le ha dado un nuevo aire de esperanza con el triunfo del que fue objeto el domingo pasado.
Hay quienes opinan que el triunfo de Martínez, habrá de servir además, para que el Partido Revolucionario Moderno y su dirigencia, advierta con claridad las señales que está enviando el Pueblo Dominicano, al rechazar tajantemente el viejo sistema de dirigir y se
concentre en afianzar EL CAMBIO que promueve y dirige atinadamente el Presidente Luis Abinader, consciente de que no habrá vuelta atrás, que el camino malo está cerrado, ante la decisión firme de la Sociedad Dominicana de apoyar la decencia, la trasparencia, la eficiencia y la honestidad en la estilo de gobernar a la nación.