El Panadero cuenta cómo abusó y mató a la niña Liz María Sánchez

 

Starlin Santos, alias El Panadero, acusado de violar y matar a la niña Liz María Sánchez, de nueve años de edad, explicó en su declaración cómo le quitó la vida a la infante, el pasado 16 de agosto del 2020.

En el documento instrumentado por el Ministerio Público, dijo que conoció a la niña hacía tres meses y que dos semanas después empezó a sentirse atraído por la menor, quien se le sentaba en las piernas a jugar con su teléfono personal.

 

“Yo le prestaba mi teléfono celular para que ella viera muñequitos y jugara los juegos que yo le había descargado para ella. En ese momento me aprovechaba para manosearla y tocar sus partes íntimas».

«Cuando le tocaba sus partes ella se quedaba tranquila y yo continuaba manoseándola, en diversas ocasiones la Liz Mary visitaba mi casa para jugar con mi hijo”, relató El Panadero ante los fiscales.

Contó que le ofreció su celular personal y que la invitó a su casa para entregárselo. Luego le dijo que debía sacar algunas informaciones, pero empezó nuevamente a tocarle sus genitales, escena repetida, el mismo día del hecho.

 

La Locura de El Panadero

Detalló que la niña lo amenazó con decirle a sus padres la acción que este estaba cometiendo en su contra.

“Yo me puse nervioso y cuando Liz Mary se iba a marchar a su casa la agarré por el cuello y empecé a estrangularla»

«Ella trataba de defenderse. Cuando ella dejó de moverse introduje el cuerpo en un saco vacío de harina de trigo color blanco, en la cabeza le puse una funda negra para que nadie la pudiera ver si se salía del saco, luego la coloqué en el canasto del motor”, confesó.

Amplió que antes de tirar a la niña al Mar Caribe, simuló ante su hijo que ella estaba dormida en su cama, acomodando las almohadas, indicándole que no la despertara.

Después que preparó el escenario dijo que tomó su motocicleta, que estaba estacionada en el callejón frente a su casa, se dirigió a la estación de combustible.

“Le eché la suma de RD$$100.00 pesos de gasolina, al regresar, como mi hijo aún estaba dormido, aproveché para montar el cuerpo de Liz María que estaba dentro del saco en un canasto color amarillo, que está en la parte trasera de mi motocicleta».

«Me dirigí hacia el Obelisco que está cerca de la Marina de Guerra para lanzar el cuerpo. Pero al llegar había muchas personas allí, luego seguí para la autopista Las Américas y lancé el cuerpo”, narró.

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