«Nos han dicho que el 16 de febrero será el día del ataque. Lo convertiremos en una jornada de unidad», dijo el jefe de Estado en un discurso a la nación, en el que pidió a los ucranianos que ese día cuelguen la bandera nacional y muestren los colores azul y amarillo del país.
Zelenski también acusó a Rusia de «librar una guerra» contra Ucrania «en todos los frentes» y de «intentar sembrar el pánico entre los ucranianos y los inversores».
«Nuestro Estado es más fuerte que nunca» y «estamos preparando respuestas dignas a todas las posibles acciones agresivas», aseguró el jefe de Estado.
Pese a que Rusia acusa a Kiev de preparar una ofensiva contra los separatistas prorrusos a los que apoya en el este de Ucrania, Zelenski aseguró que su país «aspira a la paz y quiere resolver todas las cuestiones solo por la vía diplomática».