El Departamento de Estado ha ordenado a las familias del personal de la Embajada de Estados Unidos en Ucrania que comiencen a evacuar el país tan pronto como el lunes, según informan funcionarios estadounidenses a Fox News.
También se espera que la próxima semana el Departamento de Estado anime a los estadounidenses a empezar a salir de Ucrania en vuelos comerciales, “mientras estén disponibles”, dijo un funcionario.
Desde fuentes cercanas al Gobierno ucraniano se ha confirmado que Estados Unidos ya ha informado a las autoridades de Kiev que las evacuaciones “podrían comenzar la semana que viene”, en una decisión que ha causado cierto malestar en el Gobierno ucraniano.
De hecho, el presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, habló recientemente con el secretario de Estado de EEUU, Antony Blinken, a quien trasladó su opinión de que la evacuación diplomática sería una “reacción exagerada” que podría debilitar la confianza en el Gobierno ucraniano.
El Departamento de Estado infromó está desarrollando “rigurosos planes de contingencia, como siempre ocurre, en el caso de que la situación de seguridad se deteriore”.
Por otra parte, en medio de las tensiones diplomáticas por la concentración de tropas rusas en la frontera ucraniana, Estados Unidos y Ucrania comenzaron a notar cómo Rusia vacío su embajada en Kiev.
El 5 de enero, 18 personas -la mayoría hijos y esposas de diplomáticos rusos- subieron a autobuses y emprendieron un viaje de 15 horas a Moscú, según un alto funcionario de seguridad ucraniano, citado por The New York Times.
Unas 30 personas más abandonaron la representación diplomática en los días posteriores, desde Kiev y un consulado en Lviv, en el oeste de Ucrania. Los diplomáticos de otros dos consulados rusos han recibido la orden de prepararse para abandonar Ucrania, dijo el funcionario de seguridad, que habló con el medio neoyorquino bajo condición de anonimato.
El desalojo de la embajada rusa puede ser propaganda, preparación para un conflicto inminente o una maniobra, o las tres cosas juntas, dicen los funcionarios ucranianos y estadounidenses citados por The New York Times.