La segunda edición de la conocida como ‘Marcha por la Libertad’ aspiraba a capitalizar el descontento de una parte de la sociedad con unas medidas que se han endurecido en la última semana, después de la irrupción de la variante ómicron de coronavirus y por el temor a que se traduzca en un aumento exponencial de los contagios.
Los manifestantes discrepan especialmente con la aplicación del pasaporte COVID y con la obligatoriedad de la vacunación en el sector sanitario, si bien en esta ocasión la convocatoria no ha tenido el mismo éxito que el 21 de noviembre, cuando logró reunir a unas 35.000 personas, según la cadena RTBF.
Aunque la marcha de este domingo discurrió inicialmente de forma pacífica, de nuevo han vuelto a registrarse enfrentamientos en los que la Policía ha llegado a utilizar cañones de agua. Cuatro manifestantes y dos policías han resultado heridos, mientras que las autoridades han confirmado 20 detenidos.