El capo colombiano del narcotráfico Dairo Antonio Úsuga, alias “Otoniel”, tendrá mucha compañía si es extraditado a Estados Unidos, pues muchos de los integrantes de su Clan del Golfo, incluyendo familiares, ya se encuentran en ese país.
Colombia anunció el sábado la captura de Otoniel, cuya organización posiblemente envió más de cien toneladas de cocaína a todo el mundo en las últimas dos décadas.
Estados Unidos, que acusó por primera vez a Otoniel hace 11 años, ofreció una recompensa de 5 millones de dólares por su cabeza y se espera que pida su extradición.
Líderes y operativos del “Clan del Golfo” ya se han enfrentado a la justicia en Estados Unidos, después de una larga campaña de las autoridades estadounidenses y colombianas para acabar con la banda asesina.
Úsuga, de 50 años, fue acusado por primera vez en Nueva York en 2009 cuando se le consideraba apenas un ayudante de Daniel Rendon-Herrera, entonces jefe de una organización de tráfico de cocaína más pequeña.
Su pandilla, llamada Los Urabenos por la región (Urabá) en la que operaban, cerca de la frontera con Panamá, se expandió después de que Estados Unidos ayudara a Colombia a derrotar en 2012 a Los Rastrojos, la banda rival.
Para 2015, según las acusaciones emitidas en Nueva York y Miami, Otoniel había logrado consolidar el control del cártel dominante tras la captura en 2009 de Rendón-Herrera.
El Clan del Golfo es conocido tanto por decenas de brutales asesinatos de rivales como por sacar toneladas de drogas a los mercados mundiales.
Washington catalogó al Clan del Golfo entre las “principales amenazas del crimen organizado transnacional” y ofreció una recompensa de 5 millones de dólares por información que diera con la captura de Úsuga.
Estados Unidos acusa a Otoniel y Rendón-Herrera, así como a otras 15 personas, de ingresar 73 toneladas de cocaína en su territorio 2003 y 2012.
Y bajo el principio de “jurisdicción extraterritorial”, también fueron acusados de múltiples asesinatos de líderes y miembros de bandas narcotraficantes rivales fuera de Estados Unidos.
Principio del fin
Rendón-Herrera fue extraditado a Estados Unidos en 2018, cuando Otoniel era el único jefe del Clan del Golfo.
Pero ya había comenzado el principio del fin para el cártel, pues muchos de sus integrantes, incluidos familiares de Úsuga, habían comenzado a caer uno tras otro en manos de las autoridades y a ser extraditados a Estados Unidos para ser juzgados.
En 2018, Henry de Jesús López Londoño, una de las principales figuras del Clan del Golfo, fue condenado a 31 años en una prisión estadounidense.
Un primo de Otoniel, Joaquín Guillermo David-Úsuga, considerado un “miembro de alto rango” del clan, fue extraditado a Houston, Texas, en diciembre de 2019 para ser juzgado junto con otros dos integrantes de la banda.
David-Úsuga se declaró culpable de tráfico la semana pasada y enfrenta un mínimo de 10 años y un máximo de cadena perpetua.
Javier Dario Úsuga Murillo, otro primo, fue capturado y extraditado en 2019.
Y Harlinson Úsuga Úsuga, también primo, fue sentenciado en septiembre a más de 12 años de prisión por su papel en la organización de los envíos de droga del Clan del Golfo a Estados Unidos.
No está claro cuál será el destino de la hermana de Otoniel, Nini Johana Úsuga, apodada La Negra, quien fue arrestada en Colombia este año y quien, según la prensa local, podría ser extraditada a Estados Unidos, pues fue acusada de narcotráfico en Miami.