Hoy está programada una huelga general en Haití para protestar por la inseguridad y en especial por los secuestros, un delito que tiene aterrorizados a los ciudadanos. La convocaron antes de conocer que la temida banda 400 Mawozo había raptado el sábado a una comitiva de misioneros norteamericanos. Lo hicieron a su estilo: un grupo de hombres, fuertemente armados, detuvo la caravana de vehículos con barricadas y se llevó a todos sus ocupantes.
La banda ‘400 mawozo’ desvió varios autos que transitaban por rutas que controla y secuestró a los estadounidenses así como a ciudadanos haitianos.
Fueron 16 estadounidenses y un canadiense los que terminaron en sus garras cuando pasaban por La Tremblay 17, a las afueras de la capital del país más pobre de América, tras visitar un orfanato. Entre las víctimas habría varios menores de edad y todos pertenecen a Christian Aid Ministries, organización humanitaria de Ohio cuyo fin es ayudar a los desfavorecidos.
No son los únicos religiosos secuestrados por 400 Mawozo, que opera con absoluta impunidad. En abril cayeron en sus manos cinco sacerdotes y dos monjas, además de tres familiares de los curas. Las instituciones católicas cerraron tres días sus puertas para protestar por lo sucedido y exigir su libertad.
En cuanto al secuestro múltiple del sábado pasado, ocurrió justo a las 24 horas de la visita de la subsecretaria de Estado norteamericana para la Seguridad, la democracia y los derechos humanos, Uzra Zeya. La funcionaria declaró que resulta imprescindible desmantelar a las bandas, responsables de la violencia, “para estabilizar Haití”. Y aseguró que su país continuará apoyando el fortalecimiento de la policía para que rija el imperio de la ley, objetivo que se antoja una quimera en estos momentos.
La población desconfía de una policía corrupta, mal pagada e ineficaz, tan inoperante y deshonesta como la Justicia y el gobierno nacional. Difícil albergar la esperanza de que el nuevo primer ministro, Ariel Henry, sea capaz de frenar una ola de violencia que afecta al transporte por carretera, dada la cantidad de asaltos y secuestros en plena vía. En realidad, ni el mandatario lo cree, de ahí que solicitara la ayuda de Estados Unidos para luchar contra la inseguridad.
600 SECUESTROS
“Las bandas son hoy amos y señores del país”, afirmó rotundo Gedeon Jean, director del Centro de Análisis e Investigación en Derechos Humanos, con sede en Puerto Príncipe. Su entidad registró más de 600 secuestros en los primeros nueve meses de 2021. De ellos, 221 tuvieron lugar entre julio y septiembre, una cifra algo menor a los 231 secuestros de todo 2020. La banda 400 Mawozo sería la responsable del 80% de los casos.
La violencia y el poder de los grupos criminales se acrecentó tras el asesinato en su propio dormitorio del presidente Jovenel Moise, el 7 de julio pasado. Sus sucesores, conscientes de que no podían hacer frente al creciente poder de las bandas de delincuentes, pidieron a Joe Biden que enviara tropas de EEUU, pero Washington no aceptó, mientras otras voces claman por la vuelta de los cascos azules de la ONU.
De momento han conseguido que el Consejo de Seguridad aprobara el viernes extender nueve meses la presencia de la Oficina Integrada de Naciones Unidas en Haití (BINUH por sus siglas en inglés).
Helen La Lime, cabeza de dicha entidad y representante especial del Secretario General en Haití, había destacado ante el Consejo que “el control que ejercen las bandas en las entradas y salidas de la capital, tiene un impacto negativo en la economía de Haití y en el transporte de personas y mercancías“.