Desde que el Tratado de libre Comercio entre Estados Unidos, Centroamérica y República Dominicana (DR-Cafta) entró en vigencia, muchas de las denominadas “canastas” han sido desgravadas, alcanzando el libre comercio, pero a República Dominicana le sigue preocupando que aún quedan pendientes los productos agrícolas, que por su estado fueron negociados a plazos más largos: de 12, 15 y 20 años.
Uno de los temas que genera mayor nerviosismo es el del arroz, cuya producción, procesamiento y comercialización podrían colocarse en la “cuerda floja” si llegaran a darse importaciones masivas, especialmente desde Estados Unidos donde ese cereal es altamente subsidiado y recibe otros incentivos estatales.
“Ese saldo en rojo resulta de la diferencia entre galopantes importaciones por US$106,482 millones y rezagadas exportaciones del lado dominicano por US$64,863 millones”, calcula Vargas, cuando aborda el tema con el periódico elCaribe.
Según un estudio que realizó el profesional de la economía, desde marzo de 2007 hasta junio de 2021, la porción relativa del déficit domínico-estadounidense representó el 79.13 % del saldo deficitario total en bienes de Centroamérica y República Dominicana con Estados Unidos (U$S52,599 millones), fruto de importaciones (US$408,525 millones) por arriba de las exportaciones (US$355,926 millones).
Las negociaciones para el DR-Cafta se realizaron en diferentes fases, las cuales se clasificaron con letras, que se conocen como canastas, y cada una de ellas representa un tiempo determinado o modalidad de desgravación o de liberación de pago de impuestos.