El Ministerio Público y la Dirección Nacional de Control de Drogas (DNCD) persiguen, a Erick Randhiel Mosquea Polanco y a otros implicados en la red de narcotráfico y lavado de activos desarticulada con la Operación Falcón.
Además de Erick Randhiel Mosquea Polanco, conocido como Rodolfo Beltrán, El Sony 7, El Chiquito, El Hombre y/o Chite, se encuentran prófugos sus hermanos Harington José Mosquea Núñez y Claritza Andreina Mosquea Eduardo.
Las autoridades también persiguen a Alberto De Jesús Polanco (El Prieto y/o Many), socio y testaferro del narcotraficante, como parte de la Operación Falcón, una amplia investigación contra el lavado de activos en la que República Dominicana cuenta con la cooperación de autoridades internacionales como la Administración de Control de Drogas (DEA), de Estados Unidos.
Los órganos de persecución del Ministerio Público y la Fiscalía de Santiago recordaron que cualquier persona que obstaculice o prevenga la aprehensión de los implicados en el caso Falcón se exponen incluso a ser procesados por complicidad en Estados Unidos por ayudar a un imputado a evadir la justicia o por incitarlo a hacerlo.
Indicaron que el sistema de justicia de Estados Unidos establece que un cargo criminal de “complicidad” se puede presentar contra cualquier persona que ayude en la comisión de un delito o que, al conocerlo, antes o después de su consumación, ayude al imputado mediante asesoramiento, acciones o apoyo financiero.
Dependiendo del grado de participación, la imputación puede elevarse al nivel de conspiración. En ese contexto, explicaron que para ser procesado por complicidad el sistema judicial estadounidense solo requiere acreditar que el acusado sabía que una persona había cometido un delito o que ayudó con su consumación o en el diseño específico de obstaculizar o prevenir la aprehensión, el juicio o el castigo de una persona perseguida o bajo procesamiento.
Las investigaciones del Ministerio Público arrojaron que Erick Randhiel Mosquea Polanco se llegó a convertir en “un poderoso y temido narcotraficante internacional” que, juntos a sus ejes operativos dentro de la organización, movilizó miles de kilos de cocaína desde Colombia, a través de República Dominicana, hacia Puerto Rico, Estados Unidos y Europa.