Nueva Orleans. Las tareas de rescate y el recuento de la devastación causada con la llegada el domingo a EE. UU. del catastrófico huracán Ida, que dejó al menos un muerto en Luisiana, comenzaron ayer lunes en medio de la desolación y el corte del suministro eléctrico, que afecta a más de un millón de clientes y a toda la ciudad de Nueva Orleans.
El gobernador de Luisiana, John Bel Edwards, aseguró que las muertes pueden subir “considerablemente” y que va a tomar tiempo para llegar por carretera a las zonas destrozadas por el huracán, considerado uno de los más potentes que ha tocado tierra en el país.
Mientras tanto, las primeras imágenes muestran un terrible panorama con personas en botes recorriendo calles inundadas, árboles arrancados de raíz, tendidos eléctricos caídos, destrucción en viviendas, oficinas y hospitales, cierre de autopistas debido a los escombros y terraplenes a la deriva.
Ida, ya convertida en tormenta tropical, prosigue su recorrido destructivo hacia el norte de Estados Unidos, después de tocar tierra el domingo y provocar la primera víctima mortal e importantes daños a la infraestructura de esta región sureña estadounidense del Golfo de México. Pese a su degradación, Ida aún supone graves riesgos de tornados, vientos destructivos e inundaciones, ya sea por las fuertes lluvias o también por la marejada ciclónica, que amenaza incluso las zonas costeras de Alabama y el noroeste de Florida, según las predicciones del Centro Nacional de Huracanes (NHC, en inglés).
La agencia, con sede en Miami, advirtió además que las áreas impactadas incluirán hasta mediados de la semana la costa sur estadounidense, el valle de Tennessee, el centro de los Apalaches y el noroeste del país.
Nueva Orleans, la más afectada
La ciudad de Nueva Orleans, que aún no supera el fantasma del mortífero Katrina, que también tocó tierra en el área un 29 de agosto hace 16 años, es la más afectada por los apagones, que se temen pueden durar semanas.
La empresa eléctrica Entergy Luisiana, que sirve a más de un millón de clientes en el estado, anunció el domingo un “daño de transmisión catastrófico”, que afectó a sus ocho líneas de transmisión en Nueva Orleans y trabajacontra el reloj para reactivar el servicio.
Algunos hospitales reportan que han tenido que bombear manualmente los pulmones de los pacientes con la covid-19 en Nueva Orleans, que depende por ahora de plantas generadoras de energía y que ha tenido también problemas con el bombeo del agua potable debido a la falta de electricidad.