Como parte de las investigaciones del asesinato del presidente de Haití, Jovenel Moïse, las autoridades haitianas señalaron y posteriormente apresaron al comandante a cargo de la seguridad de la casa presidencial, Dimitri Hérard, quien, además, tuvo un importante caso de drogas por el que la Administración de Control de Drogas de Estados Unidos (DEA, por su sigla en inglés) lo mantuvo en la mira.
Ahora, funcionarios creen que el magnicidio tiene alguna relación con tráfico de drogas, de acuerdo a un reciente reporte del periódico The New York Times.Lo que hasta ahora se sabe de Hérard es que estuvo relacionado a un caso de 120 kilogramos de cocaína y heroína en asociación con varias redes criminales de narcotráfico. Investigadores internacionales que ayudan con el caso del magnicidio averiguan si esas redes criminales ayudan a explicar el asesinato. Incluso los funcionarios haitianos, entre ellos el primer ministro del país, han reconocido que no cuadra la explicación oficial presentada los días después del asesinato.
El diario newyorkino publica que dichos investigadores dudan que el motivo de la muerte de Jovenel haya sido por una conspiración para ganar el control de la silla presidencial.
Resalta, además, que Dimitri Hérard no sólo es el responsable de un sonado caso de drogas en Haití, sino que también estuvieron relacionados a él varios jueces y un cuñado del expresidente Michel Martelly.