Duró 12 años preso injustamente y ahora demanda compensación económica

Los brazos de Luis Peña Valdez tienen las marcas que reflejan los 12 años que duró preso injustamente en la cárcel La Victoria. Ahora demanda del Estado una compensación económica, para que en cierta parte, se repare el daño que le provocó estar privado de su libertad sin cometer un delito.

Luis es oriundo de Batey Verde, en la provincia Monte Plata, no tiene cédula de identidad ni está declarado. Se desempeñaba como albañil y cuando fue a reclamarle una deuda a un ingeniero, sin mucha averiguación la Policía lo llevó a La Victoria, desde donde pudo salir el pasado lunes, tras pasar allí más de dos décadas.

De su caso no hay registro y nunca fue presentado ante un juez. Había solicitado muchas veces ayuda sin ninguna solución, hasta que la insistencia de la Comisión Nacional de Derechos Humanos logró que se prestara atención a su caso.

“Estamos demandado del Estado de que ampare en el marco de los derechos constitucionales al caso del señor Luis Peña, porque ahora sale desamparado, sin condiciones mínimas para seguir viviendo y entonces el daño que ha recibido de 12 años en prisión y no en una cualquiera, porque todos conocen como se desenvuelve La Victoria, es por ello que estamos demandando una compensación económica para que Luis pueda seguir sobreviviendo”, dijo Manuel María Mercedes, presidente de la Comisión.

En caso de que no se entregue a Luis la compensación económica, la Comisión demandará al Estado y llevará el caso ante organismos internacionales.

“Esto es algo que deben conmover al país para que jamás en la vida ningún ciudadano pueda pasar una situación así, cómo es posible que desde el oficial que lo apresó, llevarlo a un centro, pasando por un director irresponsable de La Victoria de ese entonces, para después de 12 años darle la libertad como que nada ha pasado”, expresó.

En la cárcel, Luis pudo sobrevivir lavando la ropa de los demás reclusos, corriendo el riesgo de que no se le pagara y tener que quedarse sin reclamar para no ser golpeado.

“Ahí no se puede ser rebelde, matan a uno de ahí, ahí… cuando yo iba a cobrar mi cuarto, no hay dinero, no podía protestar, le halaban a uno un cuchillo y si usted volvía y protestaba lo clavaban”, expresó Luis en conversación con reporteros de elCaribe.

“Comiendo mi chao (comida de mala calidad) que dan ahí, así pasé mi tiempo ahí, nunca tuve problemas con ningún preso ni con policía”, reseña el hombre de 55 años, quien ahora quiere rehacer su vida en su pueblo, Batey Verde, en la provincia Monte Plata, a donde dejó su familia cuando fue apresado sin violar la ley.

“Mi familia son gente de campo, gente que le huye a los problemas y yo si había hecho una cosa, ta’ bien, pero yo no lo hice, ellos se han agacha de todo, pero ahora yo en esta vuelta lo voy a traer aquí mismo y le voy a explicar la situación porque son gente seria que no son de problemas, gente que cuando le hablan de justicia o de la Policía, si viven aquí se atreven a mudarse para otro lao’, esa gente mía son así”, contó.

Luis explicó su situación varias veces sin tener ninguna respuesta, ahora en libertad, no tiene un solo peso para seguir adelante. “Yo salí de ahí y aquí el doctor (Manuel María Mercedes, presidente de los Derechos Humanos) me compró comida, me ha comprado la cena y me ha estado dando”, dijo.

A pesar de todo esto y que sabe que los policías que lo apresaron fueron pagados, ya que dice “esa gente no va a correr sin gasolina”, no guarda rencor, agradece a las autoridades haber dejarlo libre.

“Muchas gracias por lo que han hecho conmigo y agradezco todo mientras esté vivo y cuando ellos así como van trabajado el señor presidente tiene que ponerle la cara a esa gente porque están haciendo un trabajo bueno”, expresó.

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