Antiguo jefe de un batallón de fuerzas especiales, el coronel Goita protagonizó dos golpes de Estado en menos de un año, entre ellos el que derrocó el 18 de agosto de 2020 al presidente Ibrahim Boubacar Keïta que había sido reelegido dos años antes.
Desde hace meses, el dirigente interino no se desplaza sin la compañía de sus hombres encapuchados y armados con fusiles de asalto.
El ataque se produjo después del rezo del Eid al Adha, la fiesta musulmana del Sacrificio, y cuando el imán de la mezquita se dirigía hacia el exterior para sacrificar a un cordero, según constató un periodista de la AFP, que vio dos hombres armados, uno de ellos con cuchillo.
El presidente Goita fue evacuado y no parecía herido, añadió.
Consultados por la AFP sobre si el acto se podía considerar como un “intento de asesinato”, un responsable de los servicios del presidente respondió que “sí, totalmente”.
“Estamos investigando. Al menos una persona intentó atacarlo hoy con un cuchillo en la Gran Mezquita de Bamako”, añadió la misma fuente, que afirmó que “el presidente está sano y salvo”.
Presente en el lugar, el ministro de Asuntos Religiosos, Mamadou Koné, explicó a la AFP que un “hombre intentó matar con un cuchillo al presidente interino en la gran mezquita de Bamako”.
“Pero fue reducido antes de cometer su crimen”, añadió.
“Fue tras el rezo y el sermón, en el momento en el que el imán iba a sacrificar al cordero, que el joven intentó apuñalar a Assimi (Goita) por la espalda, pero resultó herida otra persona”, confirmó a la AFP Latus Touré, administrador de la gran mezquita.
– Transición hasta 2022 –
La mezquita del rey Faisal fue rápidamente evacuada tras el ataque. Los alrededores del templo volvieron a la calma al cabo de quince minutos, una vez el presidente interino fue llevado al cuartel general militar en la ciudad-guarnición de Kati, a unos 15 km de Bamako.
En la gran mezquita, el coronel Goita se había sentado con otros dignatarios del régimen como es habitual para esta “gran fiesta”, llamada Tabaski en África Occidental.
Uno de los dos asaltantes llevaba un turbante, pudo constatar la AFP. El martes a media mañana, no había ninguna línea de investigación prioritaria.
Mali es un país muy inestable políticamente y escenario de múltiples formas de violencias desde 2012.
Inicialmente fueron incitadas por rebeliones independentistas y yihadistas en el norte de su territorio, pero se propagaron al centro y el sur del país mezclándose con conflictos entre comunidades.
El fenómeno afecta también a países vecinos como Burkina Faso o Níger, donde operan grupos afiliados a Al Qaeda o a la organización Estado Islámico (EI).
Malí fue el escenario de dos golpes de Estado en menos de un año, en agosto de 2020 y en mayo, a manos de los mismos cargos militares. El coronel Assimi Goita se puso al frente del país como presidente interino.
El coronel Goita y el nuevo gobierno, nombrado por la junta militar, aseguran que respetarán su promesa de ceder el mando a los civiles tras las elecciones previstas el 27 de febrero de 2022.