SANTO DOMINGO.- Hace unos días Natanael Sánchez visitó Túnez, en África. Tenía el objetivo de lograr los números necesarios para viajar a competir en los Juegos Paralímpicos de Tokio. Aunque logró la marca deseada, el clima desvió tantas veces la jabalina que los jueces no le calificaron.
Natanael Sánchez tiene discapacidad visual al igual que su padre y sus dos hermanas menores. El lanzamiento de jabalina es una de las tantas habilidades que ha desarrollado en base a disciplina, dedicación y plantearse objetivos claros.
Estudia derecho en la Universidad del Caribe. Y cuando no está en el Centro Olímpico Juan Pablo Duarte, entrenando o en los quehaceres universitarios, se le ve ayudando a sus dos hermanas menores.
Con 23 años, él ya tiene experiencia en la fabricación de jabones, esencias, desgrasantes y detergentes. Aprendió el oficio en los días de escuela, y como todo lo demás, lo asumió como parte de las destrezas que puede saber para ser autónomo.