SIDNEY, AUSTRALIA.- Las autoridades de Birmania (Myanmar) liberaron a una pareja de australianos, detenidos hace dos semanas cuando trataban de salir del país, aunque mantienen bajo arresto al profesor Sean Turnell, un economista próximo a la depuesta líder Aung San Suu Kyi.
“Estoy increíblemente aliviada de haber sido liberada y de camino a mi país, junto a mi marido Matt”, apuntó este lunes en un comunicado Christa Avery, quien fue puesta bajo arresto domiciliario junto a su marido Matthew O’Kane, ambos consultores de desarrollo agrícola.
La australiana, quien residía en Birmania desde hace 8 años, asegura que “han sido dos semanas muy estresantes” a pesar de saber que “no habían hecho nada mal” y afirma sentirse “triste” de abandonar el país, donde los militares tomaron el poder el 1 de febrero en un golpe de Estado.
Turnell, sin embargo, se encuentra en prisión a pesar de que todavía no se le han presentado cargos formales desde que fuera detenido días después del golpe de Estado y antes de que surgiera el masivo movimiento de desobediencia civil que se opone al mando castrense y que resiste a pesar de la violenta represión de las autoridades.
“Tuvimos suerte al permanecer bajo arresto domiciliario y no ser enviados a prisión, como es el caso de Sean Turnell”, indicó Avery al desear que el profesor sea liberado pronto o al menos trasladado a arresto domiciliario.
Según la Asociación para la Asistencia de Presos Políticos (AAPP) de Birmania, 564 personas han fallecido desde el levantamiento militar, siete de ellos este domingo, aunque esta organización advierte de que el número de bajas es en realidad más alto, debido a los problemas para recopilar y corroborar datos.
Las autoridades han detenido a más de 2.667 personas, de las que más de 2.200 continúan bajo custodia, incluida la jefa del Gobierno depuesta, Suu Kyi, apunta AAPP.
El Ejército ejecutó el golpe de Estado con la excusa de un supuesto fraude electoral en los comicios del pasado noviembre, en los que arrasó el partido de Suu Kyi, como ya hiciera en 2015, en unas elecciones consideradas legítimas por los observadores internacionales.