MANAGUA.- El reciente anuncio del Gobierno nicaragüense, sobre la “producción” de la vacuna rusa Sputnik V, contra la COVID-19, es una muestra de que el presidente Daniel Ortega ha decidido aplicar en la población una inyección que no ha sido probada, con los riesgos que eso conlleva, afirmó este sábado un experto en química de la Academia de Ciencias de Nicaragua.
“Si la Organización Mundial de la Salud (OMS) no ha dado su visto bueno, lo que podemos ver es, por decisión de Ortega, la aplicación masiva de una vacuna que no está probada”, dijo a Efe, el académico Ernesto Medina, exrector de la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (UNAN-León) y de la Universidad Americana.
Medina recordó que la Sputnik V no ha pasado la tercera y “más importante” fase, como es “el estudio masivo de doble ciego”, para saber cómo se comporta la vacuna aplicada en masas, ni Rusia ha cumplido con la promesa de dar a conocer los resultados del proceso.
“Aplicar una vacuna así es una apuesta peligrosa, porque si sale mal va a ser un fiasco con un costo enorme, y ellos (el Gobierno de Ortega) van a mover todo su aparato para encubrirlo”, sostuvo el experto, basado en cómo han lidiado las autoridades con los errores cometidos en el manejo de la pandemia.