NUEVA YORK.-Nada cambia en las ambiciones de los Yanquis de Nueva York, ni siquiera el coronavirus o el calendario más corto en su historia de más de 100 años.
“Cuando estás en medio del trajín pesado de la temporada y se está volviendo complicado, duro y estás en la monotonía de los protocolos que hay que cumplir todos los días, ¿quién se mantendrá en la cima y lo manejará mejor? Creo que hay una ventaja competitiva que podemos sacar ahí”, reconoció el mánager Aaron Boone.
“Cuando no hay aficionados en las gradas y estás buscando la forma de adaptarte o encontrar la energía en esta situación a la que no estás acostumbrado, encontrar una ventaja competitiva es algo que tenemos que aprovechar”, dijo el mánager que entra a su tercera temporada al mando.
Ganar la Serie Mundial sigue siendo el único objetivo para un equipo que no ha tenido éxito desde que ganó su 27vo corona en 2009. Nueva York apuntó a esa dirección con la adquisición de Gerrit Cole en la agencia libre. El nuevo as del Bronx tendrá que cumplir el distanciamiento social cuando tenga que subir al montículo en el vacío estadio de los Yanquis.
Cosas cambiantes
“Obviamente hay muchas cosas que son distintas ahora a lo que me había acostumbrado con los años”, aseguró Brett Gardner, un jardinero de 36 años y el último sobreviviente del equipo campeón de 2009.
Nueva York es uno de los equipos que más se benefició por el parón en las mayores, del 26 de marzo al 23 de julio. James Paxton (cirugía de espalda), Aaron Hicks (cirugía Tommy John), Giancarlo Stanton (esguince de pantorrilla) y quizá Aaron Judge (costilla fracturada) están sanos.
Cole, quien firmó un contrato de 324 millones de dólares por nueve años, lanzó desde un montículo por lo menos una vez al mes durante el parón, esperando la oportunidad de impresionar a sus nuevos jefes y compañeros.