LONDRES.- Japón ha dado al Reino Unido seis semanas de plazo para lograr un acuerdo comercial entre ambos países tras el Brexit, informa este martes el diario británico Financial Times (FT).
La presión ejercida por Tokio, según este medio, obligaría al Gobierno que dirige el conservador Boris Johnson a concluir en un tiempo récord la negociación de un nueva relación comercial con el gigante asiático.
En paralelo, Londres mantiene conversaciones con Bruselas para sellar un acuerdo comercial de cara a la salida del Reino Unido de la Unión Europea (UE), tras el fin el próximo 31 de diciembre del periodo de transición.
El FT indica que el Ejecutivo británico podría encontrarse en una posición débil, después de que el negociador jefe japonés, Hiroshi Matsuura, ha advertido de que queda poco tiempo y de que ambas partes deben “limitar sus ambiciones”.
“Si bien cumplir con el calendario le daría a Johnson una inicial victoria comercial, también resalta el riesgo de que el Reino Unido acabe vinculado a malos acuerdos antes de que expire el periodo de transición del Brexit a final de año”, escriben los autores del artículo.
La ministra británica de Comercio, Liz Truss, calificó de “histórico” el comienzo de las conversaciones con Tokio hace dos semanas y destacó entonces el hecho de que se fijó un “calendario ambicioso” para completar estas negociaciones.
A este respecto, Matsuura ha declarado al FT que Japón “debe tramitar” un posible acuerdo en el Parlamento nacional “en otoño” para evitar “un vacío” (comercial) el próximo enero, por lo que opinó que las conversaciones con Londres “deberían concluir a final de julio”.
Los dos países, recuerda el diario económico, se han comprometido a construir su futura relación comercial sobre la base del acuerdo existente entre la UE y Japón, que entró el vigor el pasado año.
El Reino Unido, además, ha fijado objetivos adicionales, entre los que se incluye la “reducción o eliminación” de aranceles japoneses sobre bienes y agricultura, al tiempo que ha pedido “compromisos ambiciosos sobre el acceso al mercado” para los servicios británicos, expone el FT.