SANTO DOMINGO.- “Mi padre fue un hombre honrado y trabajador. Le podía llegar lo que fuera y si no era de él eso no existía, era un hombre de entrega total. Descansa en paz, te amamos para siempre”, con estas palabras despidió el presidente Danilo Medina a su padre Juan Pablo Medina, quien falleció el pasado domingo a los 101 años tras padecer quebrantos de salud.
Al dar las palabras de gracias, acompañado de sus hermanos y demás familiares, expresó que de su progenitor aprendió las necesidades del campo y que a él, con las visitas sorpresa, estoy honrando lo que hace.
“Yo desde aquí le digo que se vaya en paz, que su siembra ha dado los frutos que él esperaba. Tiene hijos que han seguido su ejemplo. Mi familia es una familia honesta y se lo debemos tanto a papá como a mamá”, expresó de forma emotiva.
Previo al sepelio sus restos fueron velados en la funeraria Blandino de la avenida Abraham Lincoln, donde monseñor Francisco Ozoria y otros obispos oficiaron una misa de cuerpo presente. Luego, el féretro con sus restos fue trasladado al cementerio Cristo Redentor para darle cristiana sepultura.
Las palabras de consolación estuvieron a cargo del pastor Elvis Molina, enlace de las Iglesias Evangélica ante el Poder Ejecutivo.
Condolencias
En el velatorio y sepelio de su padre el mandatario estuvo siempre acompañado de amigos, empresarios, funcionarios y legisladores y compañeros de partido, entre otros.
A la funeraria acudieron a dar las condolencias los expresidentes Leonel Fernández e Hipólito Mejía, el candidato presidencial del Partido Revolucionario Moderno (PRM), Luis Abinader, el empresario José Luis Corripio Estrada, así como ministros, funcionarios del Estado, y como una gran cantidad de miembros del Partido de la Liberación Dominicana, quienes expresaron su pesar a la familia por el deceso del señor Juan Pablo Medina.
— Tranquilidad
Medina dijo que su padre fue un guerrero porque luchó por muchos años contra una enfermedad que en los últimos seis años afectó sus habilidades psicomotoras y la voz. Los últimos 38 días de su vida los pasó interno.