ANKARA.- No se sabe aún la fecha, pero las autoridades turcas han dejado este lunes pocas dudas de que el Ejército turco está a punto de pasar a la ofensiva para tomar el control de una amplia franja en el noreste de Siria, hasta ahora dominado por milicias kurdas.
“Podemos entrar de repente por la noche, porque no podemos aceptar la amenaza de organizaciones terroristas contra nuestro país”, aseguró el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, momentos antes de emprender un viaje oficial a Serbia.
La advertencia no es nueva, pero por primera vez toma visos de credibilidad, al haber anunciado el presidente estadounidense, Donald Trump, esta mañana su decisión de retirar sus tropas de Siria y de no interferir en una operación turca.
Con esto, Washington pone fin a la alianza con las Unidades de Protección Popular (YPG), las milicias kurdosirias que dominan el norte de Siria entre el río Éufrates y la frontera iraquí.
Hasta ahora, el YPG, columna vertebral de una agrupación de milicias locales que combatían bajo el nombre de “Fuerzas de Siria Democrática” (FSD), era la principal baza de Estados Unidos en la lucha contra el grupo yihadista Estado Islámico (EI).
Pero Ankara siempre ha considerado al YPG un grupo terrorista por sus vínculos con el proscrito Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), la guerrilla kurda activa en Turquía y lleva años prometiendo que lo “erradicará” de Siria.
En los últimos meses, Erdogan ha insistido en que tropas turcas deben controlar una franja adyacente a la frontera siria de 32 kilómetros de ancho y de 480 de largo, desde el Éufrates hasta Irak.