PEKÍN.- Al igual que ocurrió en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, Australia y España se enfrentarán por una medalla en el Mundial de China en una semifinal que se prevé igualada por la calidad de ambas plantillas y la trayectoria en el torneo, en el que permanecen invictas.
En aquella ocasión, la selección española se colgó el bronce en los últimos instantes de un partido vibrante (89-88), por lo que el equipo oceánico, que busca su primera medalla mundialista en la que será la primera semifinal de su historia, acude a la cita con ganas de revancha.
Ambas plantillas llegan al fin de semana decisivo con los objetivos iniciales cumplidos y con su clasificación para los próximos Juegos Olímpicos en el bolsillo, al haber obtenido dos de las siete plazas en juego para Tokio 2020.
Por eso, el billete para la que sería la segunda final del equipo español y a primera de los australianos supone un premio extra, ya que el que gane se jugará el título mundial contra el vencedor de la otra semifinal, en la que se medirán las selecciones de Argentina y Francia.
Antes de volar hacia Pekín, Sergio Scariolo avisó de que su próximo rival es un equipo “durísimo” contra el que habrá que saber competir porque supera a sus jugadores “en tamaño, talla, dimensión y, sobre todo, en fuerza física”.
Por eso, el técnico italiano abogó por buscar la mejor forma de jugar de tú a tú contra un combinado que practica “un gran baloncesto”, llega a Pekín invicto “y con grandes victorias hasta aquí, superando a grandes equipos”, y además tiene muchos jugadores NBA y un seleccionador, Andrej Lemanis, “muy bueno y experimentado”.