WASHINGTON.- El Gobierno de Estados Unidos reconoció este miércoles que los menores inmigrantes separados de sus familiares en la frontera en año pasado sufrieron problemas mentales, como estrés postraumático, durante el periodo que estuvieron alejados de sus padres.
La Oficina del Inspector General del Departamento de Servicios de Salud y Humanos (HHS, en inglés), que se encarga de supervisar la labor de esta agencia, reveló en un informe, con fecha de ayer pero dado a conocer este miércoles, que los menores padecieron problemas graves de salud mental.
En ese sentido, el comité supervisor recomendó al Ejecutivo que contrate más personal especializado en cuidados mentales.
El informe señala que los cambios en la política migratoria del país en 2018, principalmente las medidas de “tolerancia cero” promulgadas por el presidente estadounidense, Donald Trump, “exacerbaron estas preocupaciones”.
Dichas medidas resultaron en estancias más largas de los menores bajo la custodia de la Oficina de Reasentamiento de Refugiados (ORR) y en un rápido aumento en el número de niños más pequeños, muchos de ellos separados de sus padres.
Washington puso en práctica el año pasado una política de “tolerancia cero” respecto a la inmigración, que supuso el alejamiento de miles de menores de sus padres tras su llegada a la frontera.
Dicha estrategia incluía “enjuiciar” al 100 % de los indocumentados arrestados al cruzar la frontera ilegalmente y separarlos de sus hijos en caso de viajar con ellos.
Trump puso fin a esa política en junio de 2018, tras la decisión de un juez federal, y ordenó que su Gobierno mantuviera juntos a los niños con sus padres o familiares en centros de detención.
Tras entrevistar a 100 médicos expertos en salud mental que trabajaron con los menores separados, el comité encontró que la “gran cantidad de casos” registrados limitó la efectividad de los facultativos para abordar las necesidades de los menores.