LISBOA.- El primer ministro de Portugal, el socialista António Costa, ha movilizado a militares y agentes de seguridad para transportar combustible, después de constatar “incumplimiento” de los servicios mínimos por parte de los transportistas en su primer día de huelga.
En declaraciones a la prensa tras reunirse con el presidente de Portugal, el conservador Marcelo Rebelo de Sousa, Costa anunció la decisión al haber observado “una nueva realidad” durante la tarde local, en la que dejaron de cumplirse abastecimientos esenciales.
Precisó que este movimiento no implica una intervención del paro, algo que se decidirá al final del día en un Consejo de Ministros extraordinario con las últimas informaciones disponibles.
La posibilidad de intervenir la huelga ha rondado desde el principio de la jornada, cuando el portavoz de los transportistas, Pedro Pardal Henriques, prometía el incumplimiento de los servicios mínimos, la línea roja que, sabía, desencadenaría la intervención.
Esta promesa, hecha por el “sabotaje” que denunciaron haber sufrido en los primeros repartos del día, fue rápidamente recogida por la patronal del sector, Antram, que ha solicitado con carácter “urgente” la intervención legal por parte del Gobierno a través de la “requisición civil”.
La requisición es el instrumento límite para el Ejecutivo porque no implica ya sacar a militares a que realicen repartos, sino que les permite obligar legalmente a trabajar a los huelguistas que sean necesarios para garantizar servicios básicos.