WASHINGTON.- La ciudad estadounidense de Nueva Orleans, en el estado de Luisiana, se prepara para la inminente llegada de la tormenta tropical Barry, que está previsto que toque tierra con fuerza de huracán en la mañana de este sábado, con la amenaza de provocar graves inundaciones en toda la región.
La llegada de la tormenta, con vientos sostenidos de 100 kilómetros por hora y que avanza en dirección a la costa a una velocidad de 7 kilómetros por hora, según datos del Centro Nacional de Huracanes (NHC, en inglés), ha llevado a la población a prepararse para el impacto e incluso a sopesar la posibilidad de abandonar la zona.
El gobernador de Luisiana, John Bel Edwards, aseguró a la población que las autoridades se están tomando la situación “muy en serio” y señaló que, en estos momentos, más de 300 autobuses están a disposición de los ciudadanos por si es necesaria su evacuación.
De hecho, el aeropuerto internacional de Nueva Orleans, ciudad devastada en 2005 por el huracán Katrina, amaneció hoy con grandes colas generadas por la cancelación de algunos vuelos y por la ansiedad de numerosos pasajeros ante la inminente llegada de la tormenta tropical.
La situación ha llevado a las autoridades del Aeropuerto Louis Armstrong a pedir a los viajeros que gestionen cualquier cambio de itinerario a través de internet o de las propias aerolíneas, con el fin de evitar la congestión que está sufriendo el lugar.