DETROIT.- La bola salió del bate de Albert Pujols y se dirigió hacia las gradas del bosque izquierdo, donde un fan de Detroit, Eli Hydes, la agarró, sin la menor idea del alboroto en el que estaba a punto de involucrarse.
Normalmente, el cuadrangular de Pujols hubiese representado una carrera en la paliza que le propinó Anaheim 13-0 a los Tigres en el Comerica Park el jueves. Pero en este caso, la bola tenía un significado especial para Pujols y los historiadores del béisbol ya que, con dicho batazo, el inicialista dominicano de los Angelinos se convirtió en el tercer jugador en llegar a 2,000 remolcadas de por vida”.
A Hydes, residente de Detroit, se le preguntó en una entrevista durante el juego en Fox Sports Detroit si tenía previsto devolverle la bola a Pujols. Según el reportero Jeff Riger de WXYT-FM, Hydes pensaba quedarse con la bola para dársela a su hermano, quien es fan de los Cardenales, o guardarla para el hijo que esperan él y su esposa. Hydes rechazó mercancía firmada de ambos equipos y hasta la oportunidad de conocer a Pujols a cambio de la bola.
“Pujols me quiere conocer, aparentemente, y hablar al respecto. No sé. Vine aquí por una cerveza y un juego”, dijo Hydes.
Según Riger, la bola no podía ser autentificada una vez que Hydes dejara el estadio.
Cuando a Pujols se le preguntó si le pasó por la mente pagar por la bola, el quisqueyano dijo que prefería dejar que Hydes se quedara con ella.
“Creo que puede tener un gran pedazo de historia con él”, dijo Pujols. “Cuando vea la bola, puede recordar el juego. No voy a pelear. Uno juega este deporte para los fans, también. Simplemente espero que la disfrute.
“No voy a pagar ni un centavo por eso. Se puede quedar con ella. No juego este deporte para pagarle a los fans para que me den (cosas). Puede quedarse con ese pedazo de historia. Es para los fans que jugamos. No tengo inconveniente. Está en su derecho de quedarse con ella. La bola cayó en las gradas”.
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