Madrid.- Las tradicionales procesiones de la Semana Santa en España están sufriendo este año las inclemencias del tiempo, aunque hoy se salvó la popular “Madrugá” en Sevilla y también pudieron oírse los conocidos tambores de Calanda, que con su estruendo conmemoran la muerte de Jesús.
La amenaza de mal tiempo ha hecho que disminuya un poco la afluencia de asistentes a las procesiones, como se vio en la Madrugá sevillana, donde las seis cofradías más populares de la capital andaluza pudieron hacer sus recorridos sin excesivas aglomeraciones.
Después de las intensas lluvias de ayer, la Macarena, la Esperanza de Triana, El Gran Poder o los Gitanos pudieron salir a las calles sevillanas sin avalanchas aunque con importantes medidas de seguridad, como ya es tradicional en este tipo de eventos.
Además del temor a la lluvia y a las aglomeraciones de ciudadanos, se sumó este año el miedo a posibles atentados tras la detención esta semana en Marruecos de un presunto yihadista que vive en Sevilla, Zouhair el Bouhdidi, al que se atribuía la intención de atentar en la Semana Santa de esta ciudad.
El Ayuntamiento sevillano aseguró a Efe que la jornada ha sido un “éxito” y una de las más tranquilas en los últimos años, en la que participaron más de 12.000 nazarenos y decenas de miles de files y visitantes.
El público, sobre todo los lugareños, diferencia el trato que requiere cada una de las hermandades y mientras algunas como la Macarena o la Esperanza de Triana llevan bandas de música, se les arrojan miles de pétalos y se les grita “guapa”, otras van en completo silencio y solo se oye a su paso a los costaleros arrastrar sus zapatillas por el suelo, como en el caso de El Gran Poder o El Silencio.