WASHINGTON.- Los ministros de Exteriores de los 29 miembros de la OTAN afrontan esta semana en Washington una reunión centrada en Rusia y su anexión de Crimea, pero donde China emerge como un nuevo reto mientras el presidente de EE.UU., Donald Trump, se reserva el derecho a dar la sorpresa.
La cumbre se celebrará entre el miércoles y el jueves en Washington, la misma ciudad en la que nació la OTAN hace 70 años, pero este mismo martes podría vislumbrarse el rumbo de ese encuentro.
El martes, Trump y el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, se reunirán en la Casa Blanca para abordar el reparto de la “carga” económica; es decir, si cada miembro de la Alianza podrá situar en un 2 % de su PIB la inversión en defensa para 2024, tal y como se comprometieron hace cinco años.
En la anterior cita, celebrada en Bruselas el 11 y 12 de julio de 2018, Trump arremetió contra Alemania por invertir en las Fuerzas Armadas solo un 1,23 % de su PIB a pesar de ser la mayor potencia económica europea y llegó a decir que el país era un “rehén” de Rusia por sus acuerdos en materia energética con ese país.
En esta ocasión, como la reunión es ministerial, Trump ha tenido que ceder el testigo al secretario de Estado de EE.UU., Mike Pompeo, aunque el mandatario siempre mantiene Twitter a mano.