Omar y Carla (matrimonio cristiano), se casaron hace 8 años y se fueron a vivir a un país de Europa donde les iba bastante bien. Pero un día Omar comenzó a presentar conductas muy extrañas. Afirmaba que su esposa era parte de un grupo terrorista, y que en cualquier momento ella misma lo asesinaría; aseguraba ver a personas escondidas en los alrededores de la casa. Por esa misma razón comenzó a pasar días enteros encerrado junto a su esposa, a quien no dejaba salir porque la consideraba corresponsable de la supuesta persecución que sufría, y como ella era parte de ese complot merecía ser humillada y golpeada, para lo cual utilizaba una correa que decía era el látigo de Dios. Seis días después ella logró escapar de esa situación y consiguió ayuda para ambos. Carla preguntaba: ¿Qué le está pasando a mí esposo? ¿Qué debo hacer? ¡Él no era así! Omar padece de esquizofrenia tipo paranoide.
Carla y Omar no le dieron importancia a un antecedente: la hermana mayor de Omar se había suicidado luego de presentar los mismos síntomas de éste; por lo que es presumible que un factor biológico estaba influyendo en la reciente conducta de Omar. Después de entrar en cuenta con esta realidad, Carla dijo: “De haber pensado lógicamente que el hombre del que me enamoré podía correr la misma suerte que su hermana no sé si me hubiese casado con él, pero de haber tomado el riesgo en forma consciente, yo hubiera hecho las previsiones médicas del caso y quizás nada de esto habría ocurrido”.
Algunas personas se llevan grandes desilusiones con sus parejas porque no se tomaron el tiempo para conocerla ni para ahondar en los antecedentes personales y familiares que pueden influir en la salud física, mental, moral, social y espiritual del individuo con quien se aspira formar una familia.
Recomiendo que toda pareja en fase de noviazgo se involucre en un “proceso de consejería prematrimonial” con un profesional o consejero bíblico calificado, a fin de precisar, con la orientación de éste, todos los factores evidentes, latentes y predisposiciones personales y familiares que deben ser identificados por la pareja para tomar decisiones conscientes, prevenir lo que el caso requiera, y corregir lo necesario para conformar un matrimonio sólido.
El Libro inspirado de arriba afirma: “La sabiduría del prudente es saber hacia dónde lo conducen sus caminos, pero al necio lo engaña su propia necedad… pues es ingenuo y cree todo lo que le dicen, en lugar de fijarse por dónde va… Ellos deben entender que de reírse duele el corazón, y hay alegrías que acaban en tristeza” (Prov. 14: 8, 15, 13).
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