El juez de atención permanente del Palacio de Justicia de Santiago, Miguel Alejandro Báez, dictó medidas de coerción de tres meses a los implicados de darle muerte al recluso Jorge Gabriel Báez Abreu, quien se escapó de una clínica de Nagua donde fue llevado para atenderle supuestas dolencias de salud.
Los implicados son el teniente coronel Félix Peralta Castillo, el segundo teniente Miguel Virgilio Martínez, el sargento Richard Alberto y el cabo Rafael Mena Peña, quienes serán enviados a la Centro de Corrección y Rehabilitación para militares.
María Inocencia Abreu, madre de Báez Abreu, sostuvo luego de concluir la audiencia que ella cree en la justicia y que tiene la sospecha de que hay “personas de alto rango involucrados en la muerte de su hijo”.
Francisco Núñez, procurador fiscal de Santiago, indicó que el Ministerio Público pidió tres meses de prisión preventiva, porque el caso no era complejo y que velará para que las investigaciones se lleven a cabo correctamente.
Esta mañana el Palacio de Justicia estuvo militarizado, y algunos policías fueron a la audiencia para respaldar a los agentes del orden.
De acuerdo a Joaquín Reynoso Núñez, uno de los abogados de la familia Abreu, la policía pudo haberlo apresado vivo y no asesinarlo, ya que violaron todos los protocolos policiales, y que su intención era asesinarlo.
Báez Abreu, de 30 años, fingió un padecimiento para ir a un centro médico de Nagua y luego tuvo un escape de “película”, murió a finales de diciembre a manos de la Policía junto a Jesús Peralta, de 45.
Se desconocía el paradero del joven, quien el 18 de diciembre fue trasladado desde la Fortaleza Olegario Tenares, en Nagua, provincia María Trinidad Sánchez, hacia un centro médico para una presunta consulta.
En un video que circula en las redes sociales se percibe cuando momentos después los mismos agentes entran uno de los cadáveres dentro de una yipeta color vino.
Báez Abreu fue condenado a 30 años de prisión en 2015, acusado de intento de asesinato contra Henry Natanael Veras López y Pedro Parra Almonte.
El escape fue considerado por testigos como de película, ya que sus cómplices desarmaron a varios militares de la clínica, lanzaron disparos y luego escaparon en una yipeta.