Solo una debacle de los Toros permitiría playoffs en el Cibao

SANTO DOMINGO. Habrá béisbol después de Navidad en el Este por primera vez en tres años, pero el Cibao está a punto de quedarse sin pelota en postemporada como ya ocurrió en la zafra 2015-16.

Si los Toros dieron un mandarriazo en la mesa con triunfos sobre las Águilas el martes y el miércoles que dejó en sus manos su futuro al alejarse dos partidos en el último asiento, entonces esta noche pueden colocar a los Gigantes contra las cuerdas cuando visiten el Julián Javier y reducir el riesgo de remontada de uno de los dos rivales que tienen.

Las opciones le sobran a la novena romanense en momentos en que los ya clasificados Estrellas, Escogido y Licey se aprestan a probar jugadores en el resto del camino sin mucha atención en la pizarra, más allá del Águilas-Licey de esta noche, que siempre se toma en serio.

El margen de los dirigidos por Arturo de Freites les permite jugar para .500 en el resto del camino (2-2) e incluso una victoria podría ser suficiente, aunque este último escenario puede provocar que contengan la respiración hasta el out 27 del lunes.

Amén de los resultados de hoy y mañana no será sino hasta el domingo la fecha más cercana para definirse el cuarto miembro del round robin, una ecuación que requeriría de una triple victoria taurina, tres reveses de las cuyayas o de los potros y dos derrotas de uno de estos dos.

No dependen de ellos

Gigantes y Águilas, en medio de rachas de cuatro y cinco derrotas, están obligados a ganar hoy sí o sí y mañana jugar el partido del campeonato entre ambos en Santiago donde el perdedor podría levantar la bandera blanca y comenzar a hacer planes para octubre de 2019.

Los clubes del norte tendrán que remar en contra en un torneo donde ya se conocen bajas. El Escogido no contará para el todos contra todos con Erik González, Enny Romero y Tommy Pham, en tanto que con el Licey es una incertidumbre la continuidad de Jorge Bonifacio, Pablo Reyes y Hanley Ramírez.

La novena duartiana, que terminó octubre en la punta con 10-5, pero que se derrumbó en noviembre junto a las cuyayas (9-14), no encontró la pangola para nutrir su ofensiva, un segundo problema tras la caída tanto del pitcheo abridor como del relevo medio.

Los Gigantes han dejado 338 hombres en las bases (líderes), a pesar de ir líderes hits (375), jonrones (22, el doble que los Toros) y segundos en extrabases (89). Sin embargo, va igualado como el que más oportunidades perdidas de rescate (10) y último en ventajas conservadas por el relevo (hold) con 25. Su récord de 8-15 en partidos definidos por una carrera lo dice todo en un torneo que es tan disputado como un combate de esgrima.

Los problemas aguiluchos no han radicado en la producción de carreras (es segundo con 175 o 29 más que el Escogido) y también segundo en extrabases (98, 23 más que los Toros). El relevo amarillo es penúltimo en holds (22), aunque su pitcheo abridor ha sido el problema mayor. En 37 ½ menos de trabajo que el relevo, los iniciadores aguiluchos toleraron solo una carrera menos que los relevistas y de las 20 victorias 15 llegaron del bullpen.

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