Paradise, EE.UU .- Las tropas de la Guardia Nacional estadounidense llegarían el miércoles para ayudar a buscar más víctimas entre las ruinas carbonizadas y cubiertas de cenizas de la ciudad de Paradise, en el norte de California, arrasada por el incendio forestal más letal y destructivo de la historia del estado.
Alrededor de 100 policías militares entrenados para buscar e identificar restos humanos, reforzarán los equipos de recuperación dirigidos por médicos forenses, perros rastreadores y antropólogos forenses que ya recorren la escena fantasmal de un incendio que ha causado la muerte de al menos 48 personas.
La búsqueda minuciosa se concentra en lo poco que queda de Paradise, un pueblo del condado de Butte, en California, unos 280 kilómetros al norte de San Francisco, que fue invadido por las llamas y fue calcinado en gran parte el jueves pasado.
El fuego letal, alimentado por un matorral espeso y desecado por la sequía y avivado por vientos feroces, culminó una catastrófica temporada de incendios forestales en California que los expertos atribuyen en gran parte a los períodos secos prolongados que, según dicen, son síntoma del cambio climático.
El incendio Camp Fire del condado de Butte coincidió con otra ráfaga de llamas en el sur de California, el incendio Woolsey, que provocó la muerte a dos personas, destruyó más de 400 estructuras y desplazó a unas 200.000 personas cerca de la costa de Malibú, al oeste de Los Ángeles.
Los orígenes de ambos incendios estaban bajo investigación. Sin embargo, dos empresas de servicios públicos, Southern California Edison y Pacific Gas & Electric, reportaron a los reguladores que tenían problemas con las líneas de transmisión o subestaciones en áreas cercanas al momento en que se informó que habían comenzado las llamas.
A última hora del martes, vientos disminuidos y niveles de humedad en aumento permitieron que los equipos de bomberos lograran trazar las líneas de contención alrededor de más de un tercio de ambos incendios, aliviando aún más la amenaza inmediata para la vida y las propiedades.
El secretario del Interior de Estados Unidos, Ryan Zinke, y el gobernador de California, Jerry Brown, tenían previsto visitar el miércoles las zonas que el presidente Donald Trump declaró como áreas de desastre, lo que hace que la asistencia de emergencia federal esté más disponible.