WASHINGTON, EE.UU. .- El clérigo paquistaní Sami ul Haq, conocido como “el padre de los talibanes” por haber dirigido la madrasa en la que estudiaron el mulá Omar y generaciones de yihadistas afganos, fue asesinado este viernes por unos desconocidos en su casa de la ciudad de Rawalpindi, confirmaron a EFE fuentes policiales.
“Sami ul Haq fue atacado en su casa en Rawalpindi durante la puesta de sol. Primero fue atacado con un cuchillo y después le pegaron un tiro”, dijo el comisionado adjunto de esa ciudad vecina de Islamabad, Umar Jahangir.
La fuente indicó que el clérigo fue trasladado a un hospital cercano, donde murió a consecuencia de las heridas.
Jahangir dijo que no tenía información acerca de los autores del asesinato del religioso, líder del partido Jamiat Ulema-e-Islam y antiguo senador.
El comisionado adjunto de Islamabad, Mohamed Hamza Shafqaat, informó en su cuenta de Twitter del asesinato y afirmó que habían surgido pequeñas protestas por el mismo, pero que estaban controladas.
El primer ministro paquistaní, Imran Khan, condenó con “firmeza” el asesinato de Sami, a quien describió como “un gran estudioso del islam” y ordenó desde Pekín, donde se encuentra de visita oficial, una investigación de los hechos, informó su oficina en un comunicado.
Nacido en 1937 en lo que es hoy la provincia noroccidental de Khyber Pakhtunkhwa, Sami estudió en la madrasa Darul Uloom Haqqania, fundada por su padre en 1947 y que más tarde dirigiría él mismo.
Bajo su dirección, Darul Uloom Haqqania, en la ciudad noroccidental de Akora Khattak, formó a generaciones de estudiantes en las tres décadas de conflicto afgano desde la invasión soviética, entre ellos los fallecidos líderes talibanes mulá Omar y mulá Mansur o el jefe de la red Haqqani, Jalaluddin Haqqani, que tomó su nombre del centro.
Por ese motivo, el centro ha sido bautizado como la “universidad de la yihad” y Sami como el padre de los talibanes afganos.
En una entrevista con EFE el año pasado en la madrasa, Sami afirmó que muchos de los talibanes afganos y el propio mulá Omar, pasaron por su centro. “El mulá Omar era un gran ser humano y amante de la paz”, subrayó entonces Sami.
El religioso defendió que no tenía lazos con el terrorismo, pero matizó que no era asunto suyo lo que hicieran sus alumnos una vez licenciados.
El centro educativo acoge hoy a unos 4.500 estudiantes que desde los cinco años estudian el Corán de memoria siguiendo la tradición deobandi, rama ortodoxa suní del islam relacionada a menudo con el extremismo.
La muerte de Sami se produce en un momento de gran tensión en el país, que completó hoy su tercer día de protestas de islamistas en contra de la absolución el miércoles de la cristiana Asia Bibi por el Tribunal Supremo, que anuló la condena a muerte que pesaba sobre ella por blasfemia y ordenó su liberación.