SAO PAULO.- El deseo de cambio de los brasileños y el fuerte rechazo al izquierdista Partido de los Trabajadores (PT) han aupado a la Presidencia al ultraderechista Jair Bolsonaro, un firme defensor de los valores tradicionales que se ha valido de las redes sociales para conquistar su victoria.
Con un lenguaje directo y simple, una agenda centrada en la seguridad pública y un discurso repleto de críticas al PT, el capitán de la reserva del Ejército ha pasado en cuestión de meses de ser un diputado de “bajo clero”, conocido por sus declaraciones incendiarias, a vencer las elecciones más turbulentas de Brasil.
A pesar de sus casi 30 años como legislador, Bolsonaro ha capitalizado el descontento de los brasileños con la clase política y especialmente con el PT después de 13 años de Gobierno de izquierdas, los últimos de ellos marcados por un grave escándalo de corrupción y una crisis económica sin precedentes.
“Brasil no es una facción criminal para ser comandada desde dentro de la prisión”, ha reiterado Bolsonaro, en referencia a la influencia que Lula ha tenido desde la cárcel sobre su sucesor en la disputa electoral, Fernando Haddad, quien perdió con el 44 % de los votos, once puntos porcentuales menos que el presidente electo.
En medio de la ola conservadora que vive Brasil en los últimos años, Bolsonaro ha incluido la doctrina bíblica entre sus banderas y ha defendido a capa y espada la “familia tradicional”, un mensaje que le otorga un firme respaldo de las influyentes iglesias evangelistas en Brasil.
A su victoria también ha contribuido una estrategia de campaña alejada de los métodos tradicionales y que ha apostado todas sus fichas en las redes sociales, especialmente desde que recibió el alta tras sufrir una puñalada el pasado 6 de septiembre cuando era cargado por una multitud en un mitin en la ciudad de Juiz de Fora.