Estocolmo .- Los automóviles eléctricos están listos para llegar en masa a los salones europeos del sector después de años de lanzamientos de coches conceptuales y miles de millones de inversión de los fabricantes de automóviles y los proveedores.
Ahora viene la parte difícil: venderlos con beneficio.
Los modelos con baterías que se estrenaron este semana en la feria del automóvil de París esta semana, desde el DS3 Crossback del grupo PSA al EQC de Mercedes, erosionarán la rentabilidad de sus empresas en el intento por ser rentables, según reconocen gran parte de los directivos.
Sin embargo, hay una creciente preocupación de que el impacto sea peor, ante las reticencias entre los consumidores a pagar más por los vehículos eléctricos, lo que obliga a los fabricantes a venderlos con una pérdida mayor para cumplir con los objetivos de emisiones.
“Lo que todos deben comprender es que la movilidad limpia es como los alimentos orgánicos: es más cara”, dijo Carlos Tavares, consejero delegado de Peugeot, Citroën y PSA, fabricante de Opel, .
El 25 de septiembre llegó una “primera señal de alarma”, según la definió Tavares en una entrevista en la radio, al advertir BMW de que sus beneficios serían inferiores a lo previsto inicialmente, en parte debido a los costes de electrificación y a las estrictas normas de emisiones.
“O aceptamos pagar más por la movilidad limpia, o ponemos en peligro a la industria automovilística europea”.
Esta miércoles, el Parlamento Europeo respaldó el objetivo de reducir las emisiones de dióxido de carbono de coches y furgonetas en un 40 por ciento para 2030, en una votación que sentará las bases para una batalla con los gobiernos nacionales.