BAGDAD. El Parlamento iraquí eligió este martes como nuevo presidente del país al político kurdo Barham Saleh, quien, en su primera orden en el cargo, designó como primer ministro a Adel Abdelmahdi con el objetivo de desbloquear la formación de Gobierno tras las elecciones de mayo pasado.
Saleh, de 58 años, candidato del partido progresista Unión Patriótica del Kurdistán (PUK), fue investido en su nuevo cargo después de ganar con holgura la segunda ronda de votación celebrada en el Legislativo unicameral.
El nuevo presidente se impuso en la votación con 219 apoyos frente a los 22 de su contrincante, Fuad Husein, del conservador Partido Democrático del Kurdistán (PDK), que trató de retirar a su candidato de la votación a última hora después de haber obtenido un mal resultado en la primera ronda.
Tras jurar su cargo, Saleh declaró en el Parlamento que está comprometido con “la unidad de Irak y su independencia” y también expresó su satisfacción con el desbloqueo de la situación política.
“El Parlamento pudo, en colaboración con el presidente de la Cámara y sus miembros, poner fin a un dilema político que estuvo a punto de llevar al país a lo desconocido”, afirmó Saleh.
Pocas horas después de su elección, el presidente nombró a Abdelmahdi primer ministro y le encargó formar Gobierno, para lo que dispone de un plazo de 30 días.
Abdelmahdi, que fue vicepresidente entre 2005 y 2011 y ha sido ministro de Petróleo y Finanzas, es un nombre que ha sido consensuado entre las coaliciones más votadas en las elecciones de mayo, según fuentes políticas consultadas por Efe.
El nombramiento del presidente ha abierto fisuras entre los principales partidos kurdos, lo que ha obligado a aplazar la votación hasta hoy, el último día hábil establecido por la Constitución.
El PDK solicitó retirar la candidatura de Husein tras la primera votación, en la que Saleh también obtuvo una clara ventaja, pero no recibió permiso del presidente de la Cámara, Mohamed al Halbusi.
El nombramiento del presidente se produjo a pocas horas para que finalizara el plazo para la designación del jefe del Estado y es el primer paso para desatascar el proceso de formación de Gobierno en Irak, que está paralizado desde hace seis meses, desde las elecciones del pasado 12 de mayo.