REPÚBLICA DOMINICANA.-Falleció este jueves el periodista y diplomático César Medina, quien padecía de cáncer hepático desde 2017, que le obligó a salir del país para recibir tratamiento de quimioterapia.
Medina fue autor de la columna “Fuera de Cámara” del periódico Listín Diario y fungía como viceministro de Política Exterior Bilateral.
Nacido el 31 de enero de 1948 en San Cristóbal, fue declarado como César Augusto Medina Abreu. Estudió licenciatura en Comunicación Social y maestría en Planificación de la Comunicación.
Como periodista su experiencia se documenta en la producción y conducción del telematutino Hoy Mismo, en Color Visión; fundador del telematutino ¡Hola Matinal!, canal 10 de Telecable Nacional; fundador-propietario del programa Punto en Teleantillas, canal 2; fundador-propietario del programa A Tiempo, a Punto, en Teleantillas, canal 2; fundador-propietario del programa A Tiempo, canal 7.
Asimismo, fue editor fundador del periódico matutino Hoy; fundador del periódico vespertino Ultima Hora; reportero del periódico matutino Listín Diario; director de Comunicaciones del Ministerio de Agricultura.
Medina además fue presidente-fundador de las empresas Comunicaciones y Eventos, y Maestros de Ceremonia, ambas especializada en servicios de prensa, relaciones públicas y manejo de eventos.
Su carrera diplomática inició en 2005, cuando fue nombrado Embajador Extraordinario y Plenipotenciario de la República Dominicana en Chile, cargo que desempeñó hasta el 2009 cuando fue designado con el mismo cargo ante el Reino de España. De 2014 a 2016 fue embajador en Panamá.
Entre las distinciones que recibió se destacan su declaración como “Ciudadano Distinguido” por el Senado de la República Dominicana y la condecoración con la Orden al Mérito del General O’Higgins, impuesta por la presidenta de Chile, Michelle Bachelet.
En dos ocasiones fue condecorado por el Estado dominicano con la Orden al Mérito de Duarte, Sánchez y Mella, en el grado de Gran Cruz Placa de Plata.
Ha sido declarado en tres ocasiones “Hijo distinguido y meritorio” de la provincia San Cristóbal, indistintamente por los tres partidos políticos mayoritarios.
Previo a su muerte, varios medios se hicieron ecos de rumores acerca de su fallecimiento. Los mismos fueron desmentidos por familiares y el departamento de comunicaciones del Ministerio de Relaciones Exteriores.
En octubre 2017, a través de un comunicado, Medina informó a la población sobre su estado de salud, al tiempo que pidió una cadena de oración por su recuperación.
A continuación texto íntegro.
Durante casi cincuenta años he ejercido el periodismo rindiéndole culto a la verdad, y aunque he cometido errores en mis juicios y valoraciones, nunca ha sido a costa de sacrificar valor tan esencial en la comunicación social. Menos lo haría ahora cuando el momento supremo de mi existencia me coloca en el vórtice de decires y conjeturas.
La verdad absoluta sobre mi estado actual de salud, es la siguiente: He sido diagnosticado con un adenocarcinoma en la zona hepática –un tumor canceroso localizado en el hígado–, que ha llegado a afectarme la vía respiratoria mediante nódulos en el pulmón derecho.
El pronóstico no es bueno, pero los médicos que me tratan en el Presbyterian Hospital de Nueva York –doctores Paul Lee, Rafael Lantigua e Ivonne Saenger–, consideran que el tratamiento que empezarán a aplicarme en el día de hoy puede tener resultados positivos a partir de los avances que ha alcanzado la investigación científica en el comportamiento de ese tipo de cáncer.
Llegué a Nueva York por mis propios pies, acompañado por mis hijos y mi médico desde hace más de 20 años, el eficiente y amable doctor Víctor Atallah Lajan. Recibo tratamiento ambulatorio y en esta primera fase de quimioterapia deberé permanecer en esta ciudad durante las próximas nueve semanas, cuando el equipo médico me hará una nueva evaluación.
Como estoy entrando hoy precisamente en la fase más riesgosa de esta enfermedad letal, pido a todos una oración por mí y que me permitan, por favor, atravesar este trance tan difícil de mi existencia sin hacer conjeturas ni vaticinios onerosos, rodeado por el cariño y el amor de mis hijos.