SANTO DOMINGO.-No es solo una cancha inundada al lado de una escuela el problema que ha causado varios casos de malaria en el sector Villa Verde, del municipio Santo Domingo Oeste.
Allí residen alrededor de dos mil familias y muchas están rodeadas por grandes lagunas donde se producen mosquitos ‘por montones’, sin que ninguna autoridad, previo a los casos de malaria, haya prestado atención a la situación.
EL DÍA realizó un recorrido por parte del sector y comprobó que allí la formalidad no ha estado ni cerca, debido a la condición de insalubridad, desorganización y miseria en que viven las personas.
Sin calles, aceras ni contenes, polvo si no llueve y lodo desde que se nubla, mantienen en condiciones de vulnerabilidad a los moradores del lugar, que aseguran han solicitado ayuda de las autoridades y la respuesta que han tenido del alcalde Francisco Peña ha sido que él no va a trabajar en tierras invadidas, porque ahí los que viven son haitianos, narró Neury Hernández, miembro de la junta de vecinos del lugar.El barrio fue improvisado en terrenos aparentemente invadidos, donde no existe ningún tipo de planificación, con excepción de la escuela básica General José de San Martín, la que también se llena de agua cuando llueve.
Ayer personal del Ministerio de Salud fumigaba algunos lugares y tiraba un producto llamado Abate en algunos de los charcos, con la intención de eliminar los mosquitos.
Solo Salud Pública ha estado dando seguimiento al problema y se quejan de que han solicitado al Ayuntamiento local la colaboración para botar unos desechos, pero no han recibido respaldo.
Los vecinos se han sumado a las labores de limpieza de una cancha próximo a la escuela, ya que entienden que la mejor solución es rellenarla hasta el nivel de la calle para evitar que se siga inundando.
La preocupación de los residentes es que se produzca un brote de casos de dengue y malaria.
Preocupación
—1— Casos
En una misma casa hasta cuatro personas han sido infectadas con dengue y malaria.
—2— Prevención
Salud Pública ha distribuido mosquiteros, uno por cama, para evitar la propagación de dengue y malaria.