Buenos Aires, Argentina .- Por primera vez, la justicia argentina pudo conectar el pago de un soborno que figura en los cuadernos del chofer Oscar Centeno con un negocio millonario contante y sonante, e incluso con una medida concreta de gobierno en la cima del Poder Ejecutivo.
El empresario Gabriel Romero, de Emepa, confesó haber pagado 600.000 dólares para que el gobierno de Cristina Kirchner le renovara por decreto la concesión de la explotación de la Hidrovía , el tramo del río Paraná-Paraguay que permite conectar el Atlántico y Asunción para el comercio internacional.
Pero además de estas revelaciones, Romero dijo que le entregaba al secretario de Trasporte Ricardo Jaime un retorno del 10 al 15% de los subsidios que recibía por su empresa Ferrovías y además le daba una cuota anual de 500 mil dólares para asegurarse el control de los negocios ligados al transporte.
Anteayer, el empresario Aldo Roggio admitió ante la Justicia que tenía que pagarle a Jaime el 5% de los subsidios que recibía Metrovías, la empresa concesionaria del subte.
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Con la declaración de Romero, quedó eximido su ejecutivo Rodolfo Poblete, que efectuó los pagos y que anoche fue liberado desde los tribunales de Comodoro Py 2002.
Hasta ahora, los cuadernos de Centeno habían identificado un pago de Poblete en nombre de Emepa en 2010 -el segundo-, pero ahora se tiene la historia completa. Romero le dijo al fiscal Carlos Stornelli que realizó dos pagos de 300.000 dólares cada uno para que el kirchnerismo firmara el decreto que le aseguró la continuidad del millonario negocio.
Un pago se efectuó un día antes de que el decreto saliera publicado en el Boletín Oficial, el otro se hizo tiempo después.
Se trata de la primera vez que se asocia la elaboración y aprobación de un decreto del Poder Ejecutivo con un pago ilegal de una empresa.
Fuente: La Nación